Los tatuajes de pezones que ayudan a las sobrevivientes de cáncer de seno
Ilustración por Julia Kuo

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Los tatuajes de pezones que ayudan a las sobrevivientes de cáncer de seno

Lisa Chavis decidió tatuarse areolas en sus nuevos senos, una tendencia que está ayudando a las sobrevivientes a marcar el final de su tratamiento.

Sentada en el Haylo Healing Arts Lounge (un estudio de tatuaje y maquillaje permanente en Charlotte, Carolina del Norte), Lisa Chavis admite haber bebido un poco para prepararse para este día.

En mayo de 2016, Chavis fue diagnosticada con cáncer en la areola. No era invasivo, dice, pero el tratamiento debía ser una mastectomía. Al final decidió extirparse ambos senos porque, según ella, "soy una mujer de 54 años. Solo pensé: quitémonos ambos para prevenir que vuelva a suceder en el futuro. No voy a tener más bebés, no es algo importante… es solo una teta".

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Sin embargo, antes de someterse al procedimiento, Chavis tuvo que tomar una decisión sobre su reconstrucción: ¿dejaría sus nuevos senos así, como dice ella, viéndose "como una muñeca Barbie" sin pezones?

También consideró la opción de hacerse nuevos pezones en un procedimiento quirúrgico. Pero cuando un sobreviviente de cáncer logra llegar a esta etapa, normalmente tiene que lidiar con una serie de procedimientos y tratamientos, y puede no querer someterse a otra cirugía. Ese era el caso de Chavis.

Otra posibilidad para Chavis pudo haber sido la de tomar la ruta artística y optar por un tatuaje colorido para cubrir sus cicatrices y conmemorar su experiencia.

"Yo soy una persona un poco más conservadora", dice. "Quería regresar a mi estado original". Así que optó por una micropigmentación tridimensional de areola, un procedimiento no invasivo que reconstruye la areola por medio de un tatuaje. Su decisión refleja la experiencia de un número creciente de sobrevivientes de cáncer de seno que quieren regresar a lo que consideran un estado normal.

Foto cortesía de Lisa Chavis.

Aunque por mucho tiempo los cirujanos se han valido de los tatuajes de pezón o areola para la reconstrucción de senos, solo hasta hace poco las mujeres comenzaron a recurrir a tatuadores y maquilladores permanentes para este servicio. Rose Marie Beauchemin, fundadora del Beau Institute of Permanent Makeup en Nueva Jersey, ha estado enseñando esta técnica por años. Ella dice que, a medida que la gente se entera de la opción, la demanda de artistas que saben cómo hacerlo también crece. "Y, ¿por qué no?", dice. "Puede ahorrarles una cirugía, lo cual ya es una gran ganancia, y darles la solución que buscan sin un procedimiento adicional. Trae un resultado perfecto y es una gran elección".

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Muchos médicos profesionales están de acuerdo. Un cirujano escribió en Plastic and Reconstructive Surgery en 2014: "La técnica del tatuaje 3D [para la areola] es, en nuestra opinión, un avance significativo para conseguir los mejores resultados estéticos en las mujeres que deben someterse a una reconstrucción de senos".

De acuerdo a BreastCancer.org, este año se esperan aproximadamente 255.180 diagnósticos de casos de cáncer de seno invasivo en mujeres estadounidenses, además de 63.000 nuevos casos de cáncer de seno no-invasivo. Es una condición que puede afectar de manera significativa la vida de una mujer, tanto física como emocionalmente. Como lo señalan los autores de un estudio de 2015, "la experiencia del diagnóstico y tratamiento del cáncer de seno puede resultar en una angustia considerable. También se sabe que el diagnóstico del cáncer de seno invasivo lleva a las mujeres a un momento de incertidumbre, que genera miedo y trabajo emocional. Algunas veces, esta enfermedad desafía la identidad de la mujer, su autoestima, su imagen corporal y sus relaciones".

Es por esto que para muchas sobrevivientes resulta tan importante que su cuerpo se pueda ver como lo hacía antes del cáncer. La micropigmentación de areola no solo puede traer una sensación de alivio a la persona que luchó con la enfermedad, sino que puede ayudarla a recuperar su autoestima, dice Cyrilla Lakeman, una maquilladora de Haylo. "A algunas mujeres simplemente les gusta cómo se ve cuando salen de la ducha", dice. "Las hace sentir mejor con ellas mismas, o las hace sentir más cómodas con sus parejas".

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Elegir el camino del tatuaje tridimensional en vez de reconstruir los pezones quirúrgicamente tiene un beneficio adicional. Como explicó Beauchemin a NJ.com en 2013: "Las mujeres están decidiendo que los injertos de pezón después de la mastectomía no siempre son tan buenos. Principalmente, porque se salen todo el tiempo. Después de una reconstrucción de seno, no tienes que usar un brasier porque el implante no tiene la elasticidad de un seno real. Pero una vez tienes el pezón, tienes que usar brasier con cierta ropa".

Chavis dice que eso también ha jugado un papel muy importante en por qué eligió la ruta del tatuaje y no la de la reconstrucción. "Tener un pezón duro y firme todo el tiempo me habría molestado. Sería como tener frío todo el tiempo —no siempre es algo bueno—. Puedo usar cualquier cosa: brasieres de copa delgada, de copa gruesa o puedo andar sin brasier y no tengo que preocuparme".

Foto cortesía de Lisa Chavis.

Lakeman, quien ha hecho más de 50 renovaciones de areola en los últimos dos años, dice que el proceso no es muy diferente a otros tipos de body art. Primero, dibuja la areola en el seno, asegurándose de que coincida lo mejor posible con su compañero. Después, ella elige los colores necesarios para generar el efecto tridimensional. Se aplica una anestesia local en el seno de la cliente, y en dos o tres horas, el trabajo está completo. La curación toma alrededor de nueve días, como otros tatuajes, y Lakeman suele ofrecer una segunda sesión de retoques para perfeccionar el trabajo.

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"Simboliza el punto final en su experiencia", dice Lakeman. "La mayoría de las mujeres llora [una vez termina el procedimiento]. Por fin acabaron con eso. Es un momento esperanzador. Y para casi todas es un día muy significativo que recordarán para siempre".

Ese fue el caso de Chavis, quien tuvo su reconstrucción en octubre, a pesar de que solo optó por rehacer sus senos pero no sus pezones. Ella dice que después de la cirugía reconstructiva se sintió muy rara con sus nuevos senos, y recuerda decirle al doctor que necesitaba pezones. "Era chistoso que no se viera nada ahí", dice. Su doctor le recomendó pegarse stickers o adhesivos que se parecieran a sus pezones.

"Ni siquiera me molesté en hacer eso", dice Chavis. "Eso me permitió aceptarme a mí misma como era en ese momento: sin pezones, solo cicatrices".

"Creo que es importante que las mujeres aprendan a aceptar los cambios, así sean muy difíciles", continúa. Pero ella se mostraba firme en tener su renovación de areola, la cual se hizo la semana pasada. "Hacerme esto es como una fiesta para mí. No me siento diferente a como era antes de mi diagnóstico. Eso es genial".

Este artículo fue publicado originalmente en Broadly, nuestra plataforma dedicada a las mujeres.