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Cada vez que se me acercaba alguien pensaba que me iban a echar, lo digo completamente en serio. Pero no, incluso profesionales de la moda que conozco, admiro y que no se dieron cuenta de mi verdadera identidad, me decían cosas bonitas y yo, repito, flipaba. "Me recuerdas a la de Kick Ass, ¿por qué vas así?", me preguntó un chico de producción de los desfiles. "¡Para divertirme!", contesté. A los cinco minutos apareció junto a tres tíos más y me dijo que eran ocho y que sólo dos tenían novia, que eligiese, que les gustaba mucho, y que uno de ellos tenía tierras. Verídico como que mi twitter es @albamessa. Busqué un poco de socorro en mi fotógrafo y pude tachar de mi lista de "cosas que hacer antes de morir": ligar en la Fashion Week vestida de roller-mamarracha-swinger-asimétrica."Unos me pedían fotos, otros me las robaban, me felicitaban por mi outfit y ¡me miraban con admiración! Juro que esto es cierto, vi la admiración en los ojos ajenos y flipé."
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