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comunicación

Los peores errores de chat que has cometido en tu vida

“Le mandé a un chico con el que iba a empezar a enrollarme un vídeo que me mandó otro tío haciéndose una paja”.
AC
ilustración de Aina Carrillo

Como bien nos enseñó James Cameron con su conocida saga Terminator, la tecnología es un instrumento apasionante que puede facilitarnos la vida de mil maneras pero, a la vez, también es un artefacto capaz de complicárnosla hasta niveles demenciales. Si bien en el caso de Cameron el progreso casi termina destruyendo a la humanidad, en nuestro caso “solo” puede hacer que nos despidan del trabajo si le mandamos sin querer a nuestro jefe un mensaje en el que le llamamos “el comemierdas más grande de todos los tiempos”.

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Todos hemos cometido, en mayor o menor medida, algún tipo de error al manejar algún tipo de chat en alguna red social: mensajes inadecuados que no iban dirigidos a ese destinatario en concreto o errores tipográficos extraños e incómodos. Ahora, en este entorno digital en el que utilizamos constantemente estas tecnologías y en el que las manejamos sin ningún tipo de delicadeza, es el momento de pararnos un momento y aprender a temer y respetar los chats, pues estos pueden destruirnos.

Ahí va una ristra de los más comunes y temibles errores que nos han contado.

"ESTE TÍO ES SUBNORMAL"

“Una vez le envié al chico que me gustaba una captura de pantalla de la propia conversación que estaba teniendo con él acompañado de un "este tío es subnormal". Obviamente el tipo no me estaba dando bola. Él no dijo NADA. Ignoró totalmente el mensaje, se esperó 24 horas y me abrió con un “qué tal”. Desconozco si para él era incómodo tener esa captura de pantalla en el chat, para mí no porque yo la eliminé (cuando antes eliminabas algo y solo se te borraba a ti), era incapaz de dejar esa captura ahí, aunque supiese que él la estaba viendo. Yo, si hubiera sido él, la habría borrado, a mí no me gustaría recibir una captura de pantalla con cosas que he dicho yo con el apunte de "es subnormal", sobre todo porque yo lo estaba diciendo por despecho. Además la captura era eso, era una gilipollez, era básicamente él diciéndome que no podía quedar con alguna excusa súper cutre.

Obviamente iba borracha cuando procedí a enviar la captura al grupo de colegas con la frase "este tío es subnormal". Al momento entré en pánico, me hundí en la miseria, tuve un ataque de ansiedad y pensé en poner emojis riendo pero después vi que era todavía peor. Fue todo muy meta. Luego me bebí dos copas y cuando ya estaba volviendo a casa vomité. Fin de la cita”.

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—Mirena, 32 años, community manager

EL VÍDEO DEL TÍO HACIÉNDOSE UNA PAJA

“Le mandé a un chico extranjero —con el que iba a empezar a enrollarme y que conocí por Tinder— un vídeo de otro tío que había conocido unos días antes también por Tinder haciéndose una paja. El tema es que tenía el cristal roto del móvil y este decidió mandarlo solo. Yo estaba buscando un meme antiguo para mandarle, bajé a “fotos de hace un mes” y el móvil hizo la magia del doble clic. Lo primero que dijo al recibir el vídeo de la paja del otro tío fue “Is this from today?” y yo cagándome en todo le dije que era un vídeo antiguo de mi ex (que era mentira) y que tenía la pantalla rota y que se había mandado solo (que era verdad). Se lo creyó y me sentí como la mierda pero ese tío era mi mejor Tinder y no podía perderlo. También se enfadó durante dos días enteros y luego ya todo bien. A las pocas semanas se volvió a su país y ahora ya casi ni hablamos, solo lo sigo para ver sus fotos, aunque aún está en mi lista de posibles polvos para los próximos cinco años”.

—Carla, 28 años, productora musical

MISS BIZKAYA

“Mi primera novia, siendo yo un adolescente, era bizca. Estaba hablando con ella por el viejo chat de Msn (¿o era Messenger?) y, un amigo que estaba sentado junto a mí, puso de coña: “HOLA MISS BIZKAYA!” sin darle al "enter", claro. Yo me reí y empecé a darle a la tecla "retroceso" pero sin querer le di al "enter", mandándose el mensaje tal que así: “HOLA MISS BIZKA!”. En mi acto de borrar la ofensa que escribió mi colega terminé generando un resultado aún peor. Al día siguiente me dejó por gilipollas.

Llevábamos solo un mes saliendo, como mucho dos. Era súper maja y ahora es un pibón que flipas mientras que a mí se me está cayendo el pelo, creo que ahí hay algo de karma. Pero bueno, el colega que escribió la frase era de mis mejores amigos y él nunca me dejó, es mi gran amigo del alma. Aun así, ahora me he vuelto muy celoso con estas cosas de los móviles y no dejo que nadie toque mi teléfono ni use mi Facebook, para no crear cosas chungas que denigren mi imagen personal. Eso sí fue una lección muy valiosa”.

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—Lucas, 31 años, sociólogo

EL ANO

“Una vez le mandé un mail a una cliente, por quedar bien, preguntándole que “cómo estaba su ano”, dejándome ahí la letra “m” de “mano”. En el siguiente email le pedí perdón y le dije que me refería a la mano, luego añadí muchos smileys. No respondió. —Marta, 29 años, diseñadora

EL JEFE, LA NARIZ Y LA POLLA

“Esto sucedió cuando vivía y curraba en Madrid. Era el día de Nochebuena y viajaba en bus hacia Almería para cenar con la familia, la noche anterior había salido e iba aun semiinconsciente y jugando una lesión cervical por los constantes cabeceos, así que en la parada de rigor del viaje en uno de esos lujosos abrevaderos de carretera me dispuse a arreglar la situación con un bocadillo de jamón que acompañé y regué con tres tercios, el resultado fue recuperar de sopetón el estado de pedo de hacía unas horas.

Debido a mi estado de embriaguez mi respuesta fue rápida y contundente: “Como se me cumplan todos los deseos voy a perder la polla y la nariz, joputa”

Al subirme tambaleante al bus recibo el típico MSN de felicitación ñoña e impersonal que envía la gente, en este caso de un compañero y amigo del curro, diciendo que desea lo mejor para mí y los míos y que ojalá se me cumplan todos mis deseos ese año. Sorprendido por tal impersonal y aburrido mensaje de un colega con el que tenía bastante confianza y debido a mi estado de embriaguez mi respuesta fue rápida y contundente: “Como se me cumplan todos los deseos voy a perder la polla y la nariz, joputa”. Llegué hasta mi asiento sonriente y seguramente con cara de bobo pensando en mi respuesta, pero al sentarme una oleada de calor invadió mi cuerpo al, de repente, pensar y recordar que a mi jefe lo tenía guardado en la agenda del móvil prácticamente igual que a mi compañero, ya que se llamaban igual. Respiré profundo y comprobé que mi temor era cierto. Ahora me descojono pensando en la situación, en ese hombrecillo tranquilo en la seguridad de su casa, rodeado de su mujer, hijos y seguramente más familiares, esperando feliz la hora de la cena y, de repente, recibiendo mi respuesta (me encantaría haber podido ver su cara). Aunque he de reconocer que en el momento de darme cuenta de mi error sentí una increíble desazón. Después de darle vueltas y esperar su respuesta al final me atreví a escribir un nuevo mensaje pidiendo disculpas e intentando explicar mi error de la manera más digna posible. Seguí sin recibir respuesta alguna y a la vuelta de mis vacaciones, cuando coincidimos en el trabajo, no saludamos como si no hubiese ocurrido y seguimos manteniendo el mismo trato seco e impersonal de siempre”.

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—Antonio, 32 años, promotor musical

LA CAPTURA DE PANTALLA DEL CHAT

“Estaba hablando con mi crush infinito y necesitaba la opinión de alguna amiga para que me dijera si se estaba insinuando o no (ya que yo soy infinitamente insegura). El caso es que como estaba hablando con esos dos chats a la vez (el de mi amiga y el de mi crush), lo pegué en la conversación equivocada, mandándole a mi crush lo que acabábamos de hablar. Traté de salirme por la tangente diciéndole que lo que me había dicho me había llamado mucho la atención y que no quería olvidarme nunca y que "jajaja" qué risa. Fatal, lo pasé fatal. No tardé en reaccionar, creo que no llegó al minuto, porque sabía que cuanto más tardara, más se notaría que lo siguiente que le iba a decir sería mentira, siempre está bien continuar con un "jajajaja" para ganar tiempo. Él me dijo algo así como 'jejejejeje, qué mala' dejando abierta la posibilidad de que se lo hubiera creído o no. El chaval desapareció pocos días después, así que supongo que no, que no coló. Creía que había aprendido la lección pero con amigas me pasa bastante, aunque como hay confianza da un poco igual. De hecho hace nada estaba mirando el Instagram de un compañero de curro que está buenísimo e hice una captura de pantalla de una foto de su Insta y casi lo pego en el grupo de WhatsApp del curro. Al final no pasó porque voy con más cautela pero hubiera sido muy gracioso”.

—Adelaida, 28 años, ilustradora