Este artículo se publicó originalmente en Motherboard, nuestra plataforma dedicada a la ciencia y tecnología. El mundo ha sido bendecido —o tal vez maldecido— con el más reciente y espeluznante caso de experimentos de trasplante de cabeza.En un nuevo estudio publicado en CNS Neuroscience and Therapeutics, investigadores de China injertaron cabezas de ratas más pequeñas en el cuello de ratas más grandes porque todos sabemos que las ratas con dos cabezas son mejores que las ratas con una sola.
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Estos experimentos hacen eco de los experimentos con perros de dos cabezas de principios de los años 1900 y 1950, así como de los experimentos con monos de dos cabezas de la década de 1970. Algunos afirmanhaber completado con éxito trasplantes completos de cabeza, pero no está claro cuán exitosos han sido esos experimentos.Relacionados: "Quiero verme joven por siempre": Rodrigo Alves, el Ken humanoEl objetivo de esta versión en particular fue evitar la pérdida de sangre capaz de dañar el cerebro mientras unían la cabeza del donante a la rata receptora: un problema que tendremos que resolver si los trasplantes de cabeza se vuelven realidad. Un científico que no estuvo involucrado con el trasplante de la rata está trabajando actualmentepara lograr el primer trasplante de cabeza humana, así que descifrar esa logística no es sólo por diversión.
Imagen: CNS.
Los investigadores hicieron frente a este problema mediante la unión de los vasos sanguíneos de la cabeza de la rata donante a los vasos sanguíneos de una tercera rata cuya circulación mantuvo el flujo continuo de sangre al cerebro de la rata donante. Una vez que montaron la cabeza de la nueva rata en el cuerpo de la rata receptora, unieron los vasos sanguíneos de la cabeza del donante con los de la rata receptora. No se detectó pérdida de sangre perjudicial en el electroencefalograma que monitoreó la actividad cerebral de la rata donante a lo largo del procedimiento de trasplante.Son excelentes noticias para cualquier persona que espere un trasplante de cabeza en el futuro.
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Estos experimentos hacen eco de los experimentos con perros de dos cabezas de principios de los años 1900 y 1950, así como de los experimentos con monos de dos cabezas de la década de 1970. Algunos afirman haber completado con éxito trasplantes completos de cabeza, pero no está claro cuán exitosos han sido esos experimentos.