La mujer que taladró un hoyo en su cabeza para abrir su mente

Hay varias maneras de alcanzar un estado superior de conciencia. La mayoría de ellas implican la ingestión de algún tipo de sustancia psicoactiva, algunas requieren que te metas a un tanque blanco lleno de agua y unas cuantas se derivan de estar sentado delante de una luz intermitente, sobrio, mientras escuchas música trance. Pero, por lo que sé, sólo una requiere que te perfores un agujero en la frente.

Según los informes, la trepanación —un procedimiento en el que se perfora un pequeño agujero en el cráneo y se deja sanar de forma natural—, puede producir un efecto positivo prolongado en el estado de ánimo y el estado general de bienestar del individuo trepanado. Hay poca evidencia científica que sugiera que la trepanación tiene algún beneficio tangible, pero la gente lo ha estado haciendo durante miles de años, por lo que tiene que haber algo especial en la inserción mecánica de piezas de metal en la parte frontal del cráneo.

Amanda Feilding es la directora de la Fundación Beckley, un fondo que desde hace más de una década ha estado llevando a cabo una investigación sobre la conciencia. Su trabajo abarca todo el espectro de alteración de la mente, desde el cannabis y el LSD hasta la meditación budista, y es una de las principales organizaciones que investiga la fisiología científica detrás de la trepanación. A principios de la década de 1970, Amanda se trepanó a sí misma cuando no pudo encontrar un médico que lo hiciera, y desde entonces se ha convertido en una autoridad de esta práctica.

Visité la casa de Amanda en las afueras de Oxford para hablar de trepanación y cómo realizó la operación ella misma.

VICE: Amanda, ¿Me puedes contar una historia abreviada de la trepanación?
Amanda Feilding: La trepanación es la operación quirúrgica más antigua del mundo, que se remonta a por lo menos el año 10,000 AC, y ha sido llevada a cabo por civilizaciones independientes en casi todos los continentes del planeta. Desde Sudamérica hasta la Europa neolítica, la práctica tiene una historia rica y diversa. Shiva, el dios hindú de la alteración de la conciencia, estaba trepanado; también lo hacían los monjes del Tíbet y se lleva a cabo en tiempos modernos en África.

¿Qué quieres decir con "tiempos modernos"?
El siglo 20. Conocía a alguien de Nigeria en los años 60 que me dijo que cuando cumplían 13 años, los chicos "populares" del pueblo llegaban con un chamán para ser trepanados.

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¿Tenía un objetivo médico legítimo?
Absolutamente. Estas civilizaciones no podían plantear hipótesis científicas sobre la fisiología de la trepanación, por lo que dieron su propia explicación esotérica. En otros lugares se describe como "dejar que entre luz" o "sacar los demonios". Se ha utilizado con éxito para tratar dolores de cabeza crónicos, epilepsia y migrañas, y era sorprendentemente común hasta la Primera Guerra Mundial, cuando los médicos empezaron a hacer lobotomías; fue entonces que empezó a considerarse una práctica primitiva. La enciclopedia de mi padre, a partir de 1912, dice que la trepanación se utilizaba cada vez más en el tratamiento de trastornos mentales. De hecho, todavía se utiliza regularmente en la actualidad para llegar al cerebro en una operación, pero el agujero se rellena a menudo.

¿Tenía un significado religioso?
Para algunos, era una práctica ritual en la que se trepanaba a los chamanes, reyes y sacerdotes. Tengo la teoría de que esto se debió a que en las sociedades de Sudamérica, la sectas eran las que tomaban las drogas psicoactivas. La trepanación hacía que hubiera una distancia menor de la cual bajar cuando pasaba el efecto de las drogas.

Ok. Estás trepanada. ¿Qué fue lo que te llevó a hacerlo?
En los años 60 estaba trabajando en religiones y misticismo comparado, y me enteré de un científico holandés que se había trepanado a sí mismo y tenía una teoría de los cambios fisiológicos subyacentes provocados por el procedimiento. No lo conocía antes de que se hubiera trepanado, por lo que ignoraba qué cambios habían surgido. A pesar de que estaba interesada en la trepanación, no me interesaba particularmente someterme a una.

Pero tenía otro amigo que lo hizo y pude percibir un cambio definitivo en él, el cual era muy sutil: una relajación, una disminución de la conducta neurótica que todos tenemos. Lo conocía excepcionalmente bien y noté una diferencia. Más tarde se la hizo otro amigo que padecía dolores de cabeza crónicos que lo llevaban a perder un día o dos a la semana, pero no ha vuelto a tener esos dolores de cabeza durante los últimos 30 años. Empecé a buscar a un médico que me trepanara, incluyendo uno de la familia real que estaba muy interesado. Él, de hecho, tenía un agujero en la cabeza debido a un accidente cuando era niño. Después de cuatro años de búsqueda infructuosa, decidí hacerlo yo misma.

¿Qué tipo de preparativos tuviste?
Obviamente fui muy cautelosa y me preparé con mucho cuidado. Utilicé un taladro eléctrico con fondo plano y un pedal de pie, y probé la punta del taladro en las membranas de la mano para ver si iba a dañar la piel. Todo el asunto fue cuidadosamente preparado, pero más que nada me preparé psicológicamente. Es la última cosa que quieres hacer.

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Sí, hacerte un hoyo en la cabeza va en contra de nuestros instintos.
Entonces pensé que haría una película sobre eso, ya que era una artista. Fue útil hacer la película, porque se sentía como si estuviera separándome de la situación y alejándome.

Entonces tienes el anestésico físico, y luego la "anestesia" mental de tratarla como una obra de arte.
Sí, fue eficaz. Después de realizar el procedimiento, me envolví la cabeza con una bufanda, me comí un bistec para reemplazar el hierro de la sangre que perdí y fui a una fiesta. No te complica la salud en absoluto; no te incapacita. Es sólo una operación de media hora. Pero de ninguna manera estoy abogando por la idea de la auto-trepanación; siempre debe ser llevada a cabo por profesionales médicos.

¿Cómo te sentiste después del procedimiento?
En el momento lo describí como la llegada de una marea: había una sensación de crecimiento, lento y suave, hacia niveles que se sentían bien, muy sutiles. Una cosa muy clara que noté fue el cambio en el patrón de sueño: mis sueños se hicieron mucho menos ansiosos, fue bastante notable. ¿Podría todo esto verse como un placebo? Por supuesto, existe esa posibilidad y soy muy consciente de ello. Tengo que decir que he notado un cambio lo suficientemente fuerte como para mantener mi interés, y lo he visto en las personas que conocía bien que también se trepanaron. Noté un cambio fundamental en todas ellas.

¿Cuál es la premisa principal detrás de la trepanación?
Cuando nace un bebé, la parte superior del cráneo es muy suave y flexible. Primero se cierra la fontanela [la zona blanda en la parte superior del cráneo] y después los huesos del cráneo, lo que inhibe la pulsación completa del latido del corazón, así que se le niega su plena expresión en el cerebro, por así decirlo. Esa pérdida de "presión de pulso" resulta en un cambio de proporción entre los dos fluidos del cerebro: la sangre y el líquido cefalorraquídeo. La sangre alimenta a las células del cerebro con lo que necesitan, como glucosa y oxígeno. El líquido cefalorraquídeo elimina algunas de las moléculas tóxicas.

La trepanación funciona al restablecer la presión completa del pulso de los latidos del corazón. Entonces los capilares soplan ligeramente y canalizan una cantidad igual de líquido cefalorraquídeo. Cuando la circulación se vuelve lenta [cuando no se bombea suficiente líquido cefalorraquídeo al cerebro] se estanca y se acumula el líquido, lo que puede contribuir a la aparición de enfermedades tales como la demencia y el Alzheimer.

Después de la creación de la Fundación Beckley, comenzaste a trabajar en la investigación de los efectos y los posibles beneficios de la trepanación. ¿Qué fue lo que investigaste?
La investigación que he estado haciendo con el profesor Moskalenko, un científico ruso, examinó pacientes que habían sido trepanados para otras operaciones y qué ocurría cuando se retiraba el hueso y no se reemplazaba. El resultado fue que sí había un flujo mayor de sangre al cerebro. Sin embargo, el flujo disminuyó en aquellos pacientes a los que les rellenaron el orificio. Es evidente que hacer el agujero aumenta la circulación cerebral y que cerrarlo la disminuye. Sin embargo, se necesita llevar a cabo la investigación en una población sana.

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La segunda parte de la investigación la hicimos en personas con diferentes etapas de la enfermedad de Alzheimer. Se comprobó que el líquido cefalorraquídeo de estas personas tenía una movilidad muy baja en comparación con alguien que tenía una circulación cerebral "sana". El problema no era la falta de sangre en el cerebro de estos pacientes, sino que el líquido cefalorraquídeo no podía eliminar adecuadamente las moléculas tóxicas. Esta investigación ha contribuido al desarrollo de un dispositivo que puede medir estas cosas, posiblemente al actuar como una señal de alerta temprana para enfermedades cerebrales.

En un futuro me gustaría llevar a cabo una investigación para averiguar si la trepanación puede actuar como medida preventiva para combatir estas enfermedades, y si tiene otros efectos. Esto sigue siendo una hipótesis, una que no es comprobable al momento porque no creo que tengamos la instrumentación para investigar a fondo todavía. Pero parece que esta es la forma en que se ha usado la trepanación históricamente, incluso si las personas que lo hicieron en el momento no comprendieran el razonamiento detrás del procedimiento. La investigación que hicimos sobre la trepanación, que se realizó solamente en 15 personas, no es suficiente para hacer afirmaciones científicas concretas. Se necesitan más estudios con más personas.

¿Continuarías la investigación, incluso si no estuvieras trepanada?
Sí, creo que sí. Pero supongo que mi experiencia personal —en la cual, por supuesto, no depositaría toda mi fe— me dio la sensación de que era digna de investigarse.

¿Cómo llevas a cabo la investigación?
Es difícil, a pesar de que no es ilegal la trepanación, no es exactamente legal, tampoco. Es un dilema sin salida. No puedes obtener la autorización de la investigación porque no hay suficiente evidencia para apoyarla, pero no puedes conseguir la evidencia sin la investigación. Creo que es extraño que la gente pueda hacerse un cambio de sexo, pero no una trepanación, la cual es una operación sencilla. Debemos investigar esta simple operación que podría aumentar la conciencia.

¿Crees que llegue a ser legal en el futuro?
Sin duda alguna. Lo espero sobre todo en los países que están más familiarizados con la idea de la conciencia, como Brasil o la India.

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¿Intentaste hacer que la trepanación estuviera disponible en el Servicio Nacional de Salud?
Me postulé al Parlamento en Chelsea con la plataforma "Trepanación para la Salud Nacional". No tenía la intención de conseguir votos; se trataba más de un proyecto de arte. Mi intención era tratar que los médicos estuvieran de acuerdo en que este es un tema interesante y digno de investigación.

Durante los últimos 40 años me he acostumbrado a luchar contra los prejuicios relativos a la trepanación, y nunca entendí realmente el tabú que la rodea. Siento que la sociedad no se está haciendo ningún favor al volver esto un tabú, y creo que lo mejor que podemos hacer es obtener el máximo conocimiento posible sobre los estados alterados de conciencia y cómo podemos aplicarlos para el bien de la humanidad. En las sociedades tradicionales, que están mucho más cerca de la conciencia, reconocen el proceso chamánico: el proceso de cambiar la conciencia, ya sea mediante el ayuno, el baile o la ingestión de sustancias psicoactivas. Reconocen que es una parte muy importante para crear vínculos sociales y para decidir qué camino tomar con las decisiones.

Gracias, Amanda.

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