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Nuestra galaxia se está deformando misteriosamente y nadie sabe por qué

Los bordes de la Vía Láctea se están deformando y distorsionando de formas extrañas. Un nuevo estudio sugiere que hay otra galaxia interfiriendo con la nuestra.
Image: NASA via Getty Images​
Imagen: NASA via Getty Images 

Algo misterioso está dilatando los confines de nuestra galaxia, la Vía Láctea, lo cual está causando “una deformación galáctica” de los bordes exteriores, según un estudio publicado el lunes en la revista Nature Astronomy.

La Vía Láctea tiene alrededor de 250 billones de estrellas, que se aglomeran en una espiral barrada que gira alrededor de un agujero negro supermasivo. Pero los astrónomos han descubierto una dinámica diferente en los confines de la Vía Láctea, donde parece que el disco galáctico se ensancha, tuerce o distorsiona a causa de varios factores posibles.

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Para averiguar qué puede estar causando que la Vía Láctea se deforme, un equipo liderado por Eloisa Poggio, astrofísica del Instituto Nacional de Astrofísica en Turín, ha medido el movimiento de 12 millones de estrellas gigantes observadas por el telescopio Gaia de la Agencia Espacial Europea.

“La Vía Láctea presenta un caso único para estudiar las deformaciones galácticas, gracias al conocimiento preciso que se tiene de su distribución estelar y cinemática”, dice el estudio. “Sin embargo, la causa y la naturaleza dinámica de la deformación de nuestra galaxia no están claras debido a la falta de restricciones cinemáticas”.

Dicho de otra forma, los científicos empezaron a modelar la distorsión exterior de la Vía Láctea con detalle hace apenas unos años, gracias a los avances en las técnicas de observación. En 2019, por ejemplo, un equipo creó un mapa 3D fascinante de la deformación galáctica basado en las mediciones de 2300 variables cefeidas, que son un tipo específico de estrellas ultrarradiantes (los resultados se publicaron en Science).

Poggio y sus colegas han basado sus estudios en estos modelos gracias al segundo mayor lanzamiento de datos del satélite Gaia, en 2018. La misión Gaia ha estado trabajando en el catálogo más completo del universo observable que se haya hecho desde que se lanzó en 2013.

El alto volumen de observaciones permitió que Poggio y su equipo midieran el movimiento de millones de estrellas gigantes para poder trazar la estructura cinemática de la deformación de la galaxia. “Medimos la velocidad de la deformación comparando los datos con nuestros modelos”, dice Poggio en un comunicado de la ESA.

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“Basándonos en la velocidad obtenida, la deformación tarda unos 600 o 700 millones de años en orbitar alrededor del centro de la Vía Láctea”, añade. “Es mucho más rápido de lo que esperábamos según las predicciones de otros modelos”.

Aunque otros equipos también han usado los datos de Gaia para estudiar los bordes de la galaxia, este nuevo estudio tiene como objetivo limitar “los posibles mecanismos responsables de la deformación de la vía láctea”. Otras explicaciones de la deformación incluyen momentos de fuerza de larga duración que surgen de movimientos axiales desiguales del disco y del halo galáctico, o fuerzas de marea de las galaxias satélites de la Vía Láctea, que podrían estirar el disco gravitacionalmente.

Al crear un modelo de los movimientos de las estrellas gigantes de Gaia a lo largo del tiempo, el equipo de Poggio ha demostrado que la atracción de una galaxia satélite es la causa más probable de la deformación.

“La dirección y magnitud de la tasa de precesión de la deformación favorece el escenario de que la deformación es el resultado de un encuentro reciente, o en proceso, con una galaxia satélite, en vez de una reliquia de la historia antigua de la formación de la galaxia”, dice el estudio.

Este descubrimiento podría corroborar otros estudios recientes que reconstruyen el pasado turbulento de la Vía Láctea con otras galaxias cercanas, que pueden colar objetos de los bordes o causar alteraciones al chocar.

Hace falta llevar a cabo más estudios y observaciones para confirmar que las galaxias satélites son la causa principal de la deformación. “Sin embargo, nuestros resultados sugieren que las fuerzas externas de las galaxias satélites que interactúan con la nuestra juegan un papel importante y en desarrollo a la hora de dar forma al disco exterior de la Vía Láctea”, dice el equipo.