Sexo

Guía para llegar al orgasmo estimulando los pezones

Le preguntamos a una experta si jugar con tus pezones realmente puede llevarte al orgasmo y las instrucciones para llegar allí.
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Foto: Getty Images

Una vez, durante un juego particularmente atrevido de Yo nunca, nunca, una amiga reveló que había logrado alcanzar el orgasmo simplemente con el hecho de que su pareja jugara con sus pezones. Estaba atónita, por decir lo menos. Los pellizcos, torsiones y lamidas en los pezones siempre jugaron un papel importante en mis momentos sexys, pero como alguien a quien siempre le ha resultado bastante difícil llegar al orgasmo a través de la estimulación vaginal o del clítoris, no podría haberme emocionado más al saber que existía la posibilidad de que mis sensibles pezones no solo pudieran aumentar la excitación durante el sexo, sino también llevarme al orgasmo. Todo sonaba demasiado bueno para ser verdad.

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Hasta que lo experimenté en carne propia.

Mientras le indicaba a mi pareja exactamente cómo pellizcar, lamer y morder mis pezones, sentí que me acercaba cada vez más a la dulce liberación. Había leído que los orgasmos provocados a través de la estimulación de los pezones podían dar pie a una ola de placer en todo el cuerpo, y estoy aquí para confirmar que no es un invento. De hecho, es una cuestión científica.

Como todas las zonas erógenas, los pezones producen sensaciones placenteras al ser estimulados, gracias a las cientos de terminaciones nerviosas que se encuentran en cada uno. En un estudio científico de 2011, incluso se descubrió que el juego con los pezones activa la misma área del cerebro (la corteza sensorial genital) que la estimulación vaginal o del clítoris.

Si bien el juego con los pezones puede parecer una cosa solo de mujeres, los hombres también tienen pezones sensibles y prestarles atención puede ser la clave para un gran orgasmo. Morten*, de 25 años, le dice a VICE que, si bien nunca ha intentado venirse solamente a través del juego con sus pezones, sí es lo único que puede llevarlo rápidamente cerca del clímax. “Me encanta cuando mi pareja los lame y los chupa para ayudar a que me venga. Incluso que los mordisquee ligeramente con los dientes lleva el sexo a toda una nueva dimensión”, dice.

Para ayudarte a hackear tu juego cotidiano con los pezones y llevarte al orgasmo, la Dra. Megan Stubbs, sexóloga certificada y autora de Playing Without A Partner: A Single's Guide to Sex, Dating, and Happiness, nos dio algunos conejos:

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VICE: Hola Megan, ¿cualquiera puede tener orgasmos simplemente con la estimulación de sus pezones?
Megan Stubbs:
Sí* con un asterisco, en teoría. Los pezones son puntos de gran concentración de terminaciones nerviosas y activan muchas vías de placer. Habiendo dicho eso, creo que solo un pequeño porcentaje de la población puede llegar al orgasmo únicamente con la estimulación de sus pezones. Sin embargo, si ampliamos nuestra definición de orgasmo a través de la estimulación de los pezones, podemos incluir a más personas. Recurrir a la estimulación de los pezones puede agregar otra capa sensorial al placer sexual. Entonces, eso, junto con, digamos, la estimulación del clítoris, puede proveernos una experiencia orgásmica combinada. Realmente depende del individuo y de cómo responda su cuerpo.

¿Los hombres también pueden tener orgasmos a través de los pezones?
Sí, los pezones masculinos definitivamente son sensibles. Pero como dije antes, no todos podrán alcanzar el orgasmo solo con la estimulación de sus pezones, aunque es un gran complemento.

¿Cuáles son algunos consejos y trucos para ayudar a alguien que intenta tener un orgasmo a través de la estimulación de sus pezones?
Si funcionará o no para ti depende de qué tan sensibles sean tus pezones, pero hay algunas cosas que puedes hacer para amplificar esas sensaciones y ayudarte a llegar a ese punto.

No lo hagas por el objetivo final

No quiero que jamás alguien se sienta presionado para hacer o alcanzar un objetivo final, pero dicho eso, puedes empezar por probar diferentes cosas cuando te estás masturbando y ver cómo funcionan. Date tiempo y acepta completamente las sensaciones a medida que se acumulan.

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Prueba varias técnicas

Comienza apretando ligeramente tus pechos y luego dirígete a las areolas (el área de piel circular de color oscuro que rodea el pezón), antes de finalmente comenzar a tocar los pezones. Puedes aplicar la rudeza o suavidad que tu prefieras, simplemente déjate llevar. Puede que tengas que pasar por una etapa de prueba y error hasta identificar qué técnicas funcionan mejor para ti. Tal vez te funcione pasarles el dedo por encima. Quizás te gusten los toques ligeros como una pluma alrededor del pezón. Si eso no es lo tuyo, prueba enrollar tu pezón erecto entre sus dedos. Intenta probar diferentes niveles de presión mientras te pellizcas los pezones. También prueba pellizcarlos y torcerlos ligeramente para ver si eso se siente bien.

Si estás probando esto con tu pareja, pídele que te lama y chupe los pezones. Pueden probar varios movimientos, como dar pequeños golpecitos a los pezones con la punta de la lengua o pasarles toda la lengua. Incluso pueden probar morderlos suavemente para amplificar la sensación.

Prueben incorporar algunos accesorios

No siempre tienes que hacer todo con tus propias manos. Hay muchos juguetes en el mercado diseñados para jugar con los pezones. Entonces, si tienes espíritu aventurero, pruébalos. Quizás te guste la presión de las pinzas para pezones, que restringen y luego reactivan el flujo de sangre a tus pezones, dando paso a todo tipo de sensaciones. Tal vez recurrir a los succionadores de pezones antes de empezar el juego con tus pezones sea la clave para ti, pues actúan como pequeñas bocas en los pezones y se adhieren a ellos, y lo hacen con gran gentileza.

Ten paciencia

Es posible que este juego de descubrimiento no produzcan el resultado esperado de la noche a la mañana. Tal vez debas continuar refinando tu técnica a lo largo de varios días o más. Lo mejor es que disfrutes el placer del juego en sí, en lugar de presionarte pensando: "DEBO tener un orgasmo de esta manera". Si tienes un orgasmo, ¡genial! Si no, ¡también está bien! Al menos te diviertes y conoces mejor tu cuerpo.

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