Mis tetas y yo

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Diana
25 años
Mexicana
Seis años con implantes

¿Por qué decidiste operarte?
Me dedico al modelaje desde los 14 años, pero nunca tuve muchas chichis, entonces tenía trabajos en los que usaba mucho relleno y hubo un momento en el que se me salió [risas].

¿Cómo fue eso?
Tenía 17 años y trabajaba en un restaurante como mesera y traía unos rellenazos enormes y sirviendo unos platos se me salieron, ¡no mames, eran calcetines! Pasé tal vergüenza que decidí que no podía volverme a pasar, así que dije: "Me voy a operar las bubis. Será mi regalo de cumpleaños". Junté lana y no sabía si ponérmelas o no, pero por esa época me dio cáncer de matriz, tuve broncas y me deprimí mil. El dinero ya lo tenía, pero lo iba a usar para quitarme la matriz y nunca iba a poder tener hijos y todo muy triste. Un día me entró la loquera y dije: "¿Qué me voy a estar quitando la matriz? ¡Me voy a poner chichis! Me moriré con cáncer pero chichona" [risas]. Ahorita, después de un bebé que tuve, gracias a Dios ya no tengo nada.

No sabía que eras mamá.
¡Pues un mes después de la operación quedé embarazada! Me aventé el embarazo con la recuperación de las bubis y me crecieron impresionantemente, pasé de no tener nada a tener un chingo, así que después de amamantar a mi bebé, me quedaron mucho más naturales. Hay gente que ni se da cuenta de que son operadas.

¿Ha cambiado tu vida?
Sí, en cuestión laboral a veces te abre muchas puertas. Trabajo para Playboy, no sé si antes hubiera conseguido esa chamba.

¿Qué haces ahí?
Soy conejita internacional registrada, trabajé en un casino y puedes trabajar en cualquier Playboy Club del mundo. Hago modelaje y me ha ayudado mucho.

¿Qué jala más, un par de buenas tetas o un par de buenas nalgas?
Aquí en México, las nalgas. Creo que los mexicanos son más de pompas. Yo de chica era de poca chichi, cinturita y mucha nalga y te puedo decir que ligaba más que las chichonas. ¿Qué pasa con esas chicas? Ahorita las tienen aguadísimas.

'A UNA MUJER CON LAS TETAS OPERADAS LA VEN COMO A UNA CHICA FÁCIL'

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Sandra
38 años
Colombiana
Diez años con implantes

¿Por qué te pusiste implantes?
Ésta es mi segunda operación, la primera fue una reducción porque era 38-B natural. La segunda me la hicieron porque tuve un problema de quistes en el seno izquierdo por una enfermedad en la que se me desarrolló un seno, que me creció a talla 40, y por salud me tuve que operar los dos. Esta operación fue por salud, aunque como iba a quedar uno más grande que otro, también fue por vanidad. Me quedó una cicatriz grande de la que estoy muy orgullosa porque para mí significa la vida.

¿Los pechos son importantes para los hombres?
Para la mayoría sí. Yo le he preguntado eso a muchos hombres y te puedo decir que a los mexicanos sí les gustan las tetas grandes, como decimos en Colombia, pero es parte fundamental para ellos.

¿Crees que jalan más un par de tetas grandes que un culo grande?
A mí me parece que las tetas. En Colombia jalan más las mujeres culonas, pero aquí las tetas.

¿Los implantes han cambiado tu vida?
Sí, claro, totalmente. Psicológicamente afecta mucho, en mi caso, yo era muy tetona pero por el tamaño, estaban un poco caídas y yo quería que estuvieran muy levantaditas.

¿La gente te trata distinto que a una chica que no tiene implantes?
Uy, sí, totalmente. A una mujer con las tetas operadas la ven como a una "chica fácil" y por eso muchas chicas no se operan, ya que piensan que eso es sinónimo de vulgaridad y no es así. Los senos grandes te ayudan psicológicamente porque todas queremos vernos sexys y llamativas con nuestras parejas. En nuestra cultura latinoamericana se ve ese concepto, pero también depende mucho la educación.

Entonces sí hay un prejuicio.
Sí, por supuesto, me ha pasado mucho. En México hay muchos hombres que piensan que por tener tetas grandes eres una fácil. Pero en una sociedad machista, no les gusta que sus esposas estén operadas, pero a escondidas van y buscan a las tetonas para tener sexo con ellas.

¿Cuáles son los pros y contras de la operación?
Pues es algo extraño para tu cuerpo y puede afectar algunas cosas, por ejemplo, a mí me quitó la sensibilidad la segunda operación. Yo recomiendo que la que quiera ponérselos, lo haga, una tiene que estar contenta consigo misma y si te sientes bien con ellos, pues hazlo. No importa el tamaño, color, olor o sabor, no importa nada, si te sientes bien contigo, lo vas a transmitir.

'LE PEDÍ AL DOCTOR QUE ME PUSIERA TODO LO QUE SE PUDIERA Y ESO HIZO'

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Anabel
Mexicana
35 años
Siete años con implantes

¿Cómo ha cambiado tu vida con los implantes?
Estoy más feliz porque no tenía absolutamente nada, o sea, era doble espalda. Mis pezones eran dos lunares, así que por eso decidí operarme. Le pedí al doctor que me pusiera todo lo que se pudiera y eso hizo, me puso todo lo que se pudo.

¿De qué talla a qué talla pasaste?
De Baby Creysi a 36 [risas].

¿El trato de la gente ha cambiado?
Mmm… no sé, pero esto lo hice por mí, no por los hombres ni por otra cosa. Quería sentirme más linda.

Si los hombres tuvieran que operarse algo, ¿qué sería?
Una lobotomía porque están medio güeyes [risas]. ¿Pero estético? No sé, a veces un hombre, entre más feo, es más atractivo. Bueno, a mí los guapos o bonitos no me gustan.

¿Te piensas quitar los implantes?
Sí. Bueno, quitármelos por completo, no, pero sí me los haría más pequeños, no mucho, pero un poco menos. Tengo uno encapsulado.

¿Qué significa eso?
El cuerpo crea una reacción natural ante el implante, una especie de cicatriz y a mí el doctor, o no me lo dijo, o estaba muy emocionada por la operación, pero te tienes que dar masaje diario para que la cicatriz sea flexible. Nunca lo hice, así que la costra se hizo dura y es cuando empieza a doler, en caso graves, te puede romper el músculo.

¿Qué es lo más complicado de los implantes?
No sé, yo estaba tan emocionada que neta me dolió más ir al dentista que la cirugía. La recuperación es pesada, pero no sé, me hizo muy feliz tener chichis. También afecta un poco la sensibilidad, pero en mi caso, me hizo muy feliz porque me siento más linda.

¿Qué tan caro es?
Va de 35 a 50 mil [pesos], más o menos.

Fotografía: Alan Yee

Maquillaje: Bárbara Maldonado
Peinado: Juan Pablo Villela
Estilismo: Verónica Alva
Asistente de fotografía: Fabián Arquímides

@Ayeefoto

@soyalemendoza