El componente musical de esta IA involucra una serie de refuerzos positivos y negativos de parte de Zuckerberg, los cuales permiten que Jarvis aprenda sobre sus gustos musicales y, eventualmente, consuma a la humanidad a través de su conocimiento avanzado de nuestros gustos y necesidades.Este año construí un pequeño pedazo de IA al que le puedo hablar en mi teléfono y mi computadora, el cual controla mi casa, incluyendo las luces, la temperatura, las aplicaciones de mi casa, la música y la seguridad, algo que aprende sobre mis gustos y mis patrones, que puede aprender nuevas palabras y conceptos, y que incluso puede entretener a Max.
A Mark Zuckerberg, podemos descifrar a partir de esto, le gusta Adele. Eso es algo perfectamente razonable. Pero eso no es lo que Mark Zuckerberg le está pidiendo a Jarvis que toque, al menos no como un ejemplo de sus capacidades. Como primero lo notó el escritor Brian Feldmen de la New York Magazine, cuando los robots nos ataquen, probablemente sea al son de los tonos funky pero melancólicos de Anthony Kiedis.El rango de cosas que le puedes pedir es bastante amplio. Las luces pueden difuminarse, y cuando dices "toca X", incluso las variaciones más sutiles pueden significar cosas distintas. Consideren estas peticiones relacionadas con Adele: "toca someone like you", "play someone like adele", y "play some adele". Suenan similar, pero cada una es una categoría diferente en cuanto a peticiones. La primera pide una canción específica, la segunda recomienda a un artista, y la tercera crea una lista de reproducción de las mejores canciones de Adele. A través de un sistema de retroalimentación positivo y negativo, la IA puede aprender sobre estas diferencias.