FYI.

This story is over 5 years old.

Tecnologia

La Agencia de Seguridad Nacional está tan descontrolada que se volvió un Riesgo de Seguridad Nacional

¿Quién vigila a los que vigilan?

Vía NSA.

Han sido unos días caóticos en la capital de Estados Unidos, desde que el gobierno de este país fue atrapado interceptando las llamadas telefónicas de la canciller alemana Angela Merkel y espiando a otros 35 líderes mundiales, incluyendo a Felipe Calderón y a esos países que supuestamente son sus amigos. Las revelaciones sobre la red de vigilancia de la NSA eran lo suficientemente problemáticas, pero el descubrimiento de que EU junta inteligencia sobre líderes extranjeros considerados amigos ha llevado el escándalo de espionaje a nuevas aguas. Ahora no solo es un debate de privacidad; es un problema diplomático.

Publicidad

La nueva percepción sobre la recolección de inteligencia está presionando las relaciones de Estados Unidos con sus aliados, dejando al país en un terreno peligroso con el resto del mundo. Alemania, Francia, Italia, México y otros han condenado públicamente a los EU por husmear en sus asuntos. Brasil y Alemania quieren construir su propio internet sin Estados Unidos.

Si el gobierno no puede mitigar las preocupaciones sobre la extralimitación de sus programas de inteligencia, la tensión internacional podría, irónicamente, acabar teniendo consecuencias de seguridad nacional. "Alienar a los líderes mundiales --y a la opinión pública mayoritaria-- en países amigos es una manera tonta y contraproducente de luchar contra el terrorismo", dijo Eugene Robinson en un editorial para el Washington Post.

Toda esta creciente tensión y las exigencias internacionales de rendición de cuentas han estallado algo así como una cacería de brujas en Washington para encontrar culpables. Ha habido reportes opuestos sobre si sabía o no el presidente Obama sobre los programas de espionaje de EU a sus aliados, que comenzó en 2002, antes de que Merkel u Obama fuesen jefes de sus respectivos estados. Aquí hay una recapitulación rápida de los dimes y diretes:

Primero, el Washington Post reportó que el presidente no tenía conocimiento del programa de "cabezas de estado" hasta este verano, cuando le dieron un resumen posterior a las filtraciones explosivas de Edward Snowden sobre la vigilancia de la NSA. Después, la senadora Dianne Feinstein lo repitió en una declaración ayer, en la que dijo que el presidente le contó que no sabía de las actividades, y aún más, que planeaba ponerles un alto.

Publicidad

Del otro lado de la moneda, el periódico alemán Bild reportó que a Obama no sólo le dio un resumen de la operación para intervenir el teléfono de Merkel el director de la NSA, Keith Alexander, sino que él mismo lo aprobó. Y oficiales de inteligencia estadounidense dijeron a LA Times que la comunidad de inteligencia está indignada con el presidente por firmar el programa de intervención telefónica solo para negar cualquier conocimiento sobre este después.

Por su parte, Alexander respondió que el presidente no fue informado del programa para husmear a los líderes extranjeros amigos porque (parafraseando) el comandante en jefe no necesita preocuparse de las cosas pequeñas, y nuestros amigos Alemania y Francia no significan una amenaza inmediata.

¿La NSA intervino las llamadas y los e-mails de sus aliados sin molestarse en mencionárselo al presidente de Estados Unidos?

Lo interesante en todo esto no es tanto si Obama sabía que EU espiaba a sus amigos desde hace más de una década y desde cuándo lo supo, aunque eso es un asunto importante. Lo que está levantando cejas son las problemáticas implicaciones que tendría el que Obama no supiera. ¿La NSA intervino las llamadas y los e-mails de sus aliados sin molestarse en mencionarlo al presidente de Estados Unidos?

La pregunta surge entre la creciente preocupación en Washington de que los poderes de la NSA se hayan inflado tan considerablemente bajo el reino de ocho años de Alexander, que la agencia se esté saliendo de control. ¿La agencia de espionaje es tan poderosa ahora que toma decisiones propias con consecuencias diplomáticas serias? ¿Alguien actúa como supervisor de ese poder? Como se leía en un titular de New Yorker ayer, "¿Quién vigila a los que vigilan?".

Publicidad

En una entrevista con la ABC en la semana, el presidente admitió que era hora de dominar las operaciones de inteligencia de EU. "Hemos visto en los últimos años que sus capacidades continúan desarrollándose y expandiéndose", dijo. "Por eso estoy empezando una revisión para asegurarme de que el hecho que puedan hacer ciertas cosas, no necesariamente signifique que deban hacerlas".

Entre el alboroto público, la Casa Blanca finalmente se mueve hacia el control del alcance de la agencia, y para poner algo de distancia entre la administración y la comunidad de inteligencia. El presidente Obama podría llegar a vetar el espionaje a cabezas de estados aliados, aunque no se ha tomado ninguna decisión definitiva, segúnreportó ayer el New York Times.

Sin embargo Obama ordenó una revisión de los controversiales programas de la inteligencia estadounidense. Eso comenzó esta tarde mientras Alexander y el director estadounidense de la Inteligencia Nacional, James Clapper, testificaban en una audiencia en el senado acerca de la ley de vigilancia, en donde Alexander defendió que las operaciones de la NSA están dentro de sus límites legales.

Los legisladores también se están molestando con la asediada agencia. Dos proyectos de ley ingresaron al congreso para restringir las operaciones de vigilancia de la NSA. Y el duro criticismo de ayer de Feinstein fue algo así como un giro para la senadora demócrata, quien hasta ahora había defendido a la NSA en repetidas ocasiones.

Mientras los documentos se sigan filtrando para dar al mundo un mejor panorama de esos sorprendentes poderes desenfrenados, la necesidad de una supervisión es el elemento a rescatar. Alguien debería vigilar a los que vigilan.