Artículo publicado originalmente por VICE Países Bajos.Si hay un tipo de humano que es único y completamente intercambiable, es el 'clásico papá'. Tu padre, suponiendo que esté presente en tu vida, es diferente, pero también es casi exactamente igual a los padres de todos los demás.
A veces la gente me dice que tengo ciertas características del clásico papá, como mi amor por las cangureras de cuero, pero por más que lo intenten, no puedo quitarme el miedo a nunca llegar a ser digno de ese título. Odio a los Dire Straits, nunca pretendo saber sobre los méritos de los diferentes tubos de escape y casi nunca digo bromas malas.
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Un compañero de trabajo recientemente me confió que él también lleva esa misma carga. Teme que él, un hombre con nulas habilidades de carpintería, nunca podrá construirle a su futura descendencia una casa de muñecas, como lo hizo su padre.Esto me hizo preguntarme si el clásico papá está en peligro de extinguirse a medida que nuestra generación tiene hijos. Así que, en homenaje a mi padre y a todos los demás clásicos papás allá afuera, y como una forma de dejar un registro de sus mejores rasgos característicos para los libros de historia, he recopilado algunos de esos rasgos y explico por qué no tengo ninguna esperanza de darle continuidad a esa entrañable figura.Ningún niño merece crecer en un mundo sin un clásico papá que tranquilamente se meta en un espacio de estacionamiento en reversa de esta manera:
TIENEN CONFIANZA EN SUS HABILIDADES
Podría comenzar y completar un curso exhaustivo de vinos que durara cinco años, pero aun teniendo un título de sommelier en la mano, nunca hablaría de vinos con tanta confianza como lo hace un clásico papá cuando habla de un tipo de alcohol del que, literalmente, no sabe nada. Podría estudiar todos los idiomas posibles y nunca hablaría con tanta convicción como lo hace un clásico padre al intentar pedir un platillo en un país extranjero en el que nunca antes ha estado.
SABEN ESTACIONARSE EN PARALELO
SABEN BIEN LO QUE LES GUSTA
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Los matices, como ven, son una enfermedad moderna.
SE QUEDAN DORMIDOS FRENTE AL TELEVISOR
NO CONOCEN LA VERGÜENZA
A veces me pregunto si siempre seré tan tímidamente autoconsciente. Tengo miedo de nunca poner una cámara réflex digital gigante en la cara de mis hijos, o de nunca avergonzar a propósito a mis hijos frente a sus novios y novias. No sé si alguna vez sentiré que el mundo realmente me pertenece, como les sucede a los clásicos papás.
CULPAN A ALGUIEN MÁS POR NO ENTENDER CÓMO FUNCIONA LA TECNOLOGÍA
DETALLES SUTILES
Si empezamos con algo pequeño, algún día podríamos ser dignos de seguir los pasos de nuestros padres y llegar a convertirnos en el 'clásico papá' para las generaciones venideras.(¡Muchas gracias a Bibi y Rosa, a quienes tomé prestadas para las fotos, y a su madre, Loes Koster, que estuvo de acuerdo con eso!).