Acoso en las canchas argentinas

Artículo publicado por VICE Argentina

En Argentina los acosos en los lugares de trabajo son moneda corriente y el periodismo deportivo es un ámbito históricamente machista. Radios, revistas y paneles televisivos son ocupados por hombres que tienen a las mujeres como asistentes para tirar papelitos, sin embargo esto está cambiando.

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Periodistas Unidas es un colectivo feminista que se organizó para visibilizar episodios de maltrato en las canchas. Son estudiantes de periodismo deportivo; algunas ya recibidas que están dando sus primeros pasos. En su camino hacia convertirse en periodistas soportaron que las acusaran de hacer la carrera para levantarse a un futbolista, de trepadoras y de botineras. Muchas de ellas sufrieron acosos por parte de sus colegas, donde las amenazas para entrar a las canchas a trabajar se hicieron cada vez más insoportables: “favores” a cambio de acreditaciones, fotos a cambio de notas y cenas con fines comerciales fueron algunas de las situaciones que denunciaron con nombre y apellido al grito de: “No nos callamos más”.

VICE habló con ellas para conocer sus casos y el inicio de esta organización:

Loana Mosquera 22 años, periodista deportivo

Me recibí hace poco de periodista, trabajo en dos radios, cubro Banfield y transmito partidos de fútbol en general. A partir de que compartí mi experiencia se creó la cuenta de Periodistas Unidas. Lo que compartí fue una serie de conversaciones con un fotógrafo que me acosaba y me decía de todo. Tengo colegas que les pasó lo mismo, entonces me animé a subir las conversaciones a la cuenta y denunciarlos. La denuncias sirven para darle visibilidad a un problema que pasa hace tiempo, para decirles a las chicas que estas cosas no son normales, y para que puedan seguir estudiando periodismo deportivo sin miedo.

Una de las personas fue Leonel Cerrudo un periodista que me acosó en el 2012 cuando yo tenía 16 años, y otro es Matías Carreño Vázquez, un fotógrafo. El me pedía fotos en traje de baño, me volvía loca.

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El ambiente del deporte es machista, muchas veces te usan para conseguir cosas: “si vas vos seguro nos dan la nota” o te preguntan: “¿Cómo conseguiste esto?”, dando a entender que te acostaste con alguien a la hora de trabajar.

Julieta, 25 años, periodista deportivo

A partir de las conversaciones entre Loana y el fotógrafo la situación se viralizó. A mi me pasó lo mismo con la misma persona en la cancha de Racing, le había pedido tres fotos para la nota y él me pidió fotos mías a cambio de ese favor. En ese momento preferí no hablar porque me dio miedo, porque pensaba que implicaba al club para el que trabajo. Sin embargo, a partir de esta denuncia de nuestra colega muchas empezamos a darnos cuenta que nos pasaba lo mismo y decidimos compartirlo. Finalmente siempre son los mismos tipos los que proponen, amenazan o suponen que tenés que estar a su servicio por que sos mujer.

Estamos casadas de que nos cataloguen por nuestro género, si quiero hacer una nota mano a mano con jugador soy botinera y no hay más. Hasta hace poco, en el club donde trabajo, las mujeres no teníamos acceso a los jugadores de primera división, la prensa estaba restringida porque empezaban los rumores.

Paula, 23 años, periodista deportivo

Cubro la campaña de Velez e Ituzango en el ascenso, hace tiempo que vengo sufriendo distintos tipos de acoso y de abuso en el medio por parte de otros colegas, fotógrafos y jugadores. No hable porque tenia miedo y vergüenza. Un periodista del medio en el trabajaba me mandaba mensajes a cualquier hora pidiéndome fotos y amenazando con que no iba a trabajar en ninguna parte si no se las enviaba.

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Me sentí acompañada cuando supe que había otras colegas a las que les había pasado lo mismo o más grave, sin minimizar lo mío claro. Lo único que quiero es trabajar en paz, ir a una cancha tranquila, me apasiona el deporte y me gustaría poder ejercerlo sin preocupaciones.

Malena, 20 años, periodista deportivo

En el 2016 un colega me empezó a mandar mensajes, dentro de todo normales, pero cuando le dije que no quería salir con el y lo rechacé me empezó a insultar. Yo sólo le había dicho que tenía pareja. Antes de sus insultos me había propuesto ir a la cancha a cubrir Lanús, pero claramente no tuve la oportunidad de hacerlo. Todavía me escribe pero ya no le contesto, la insistencia de proponer un trabajo a cambio de otra cosa cansa.

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