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Artículo publicado originalmente por VICE Nueva Zelanda.Él era, en teoría, perfecto. Una de mis mejores amigas había estado saliendo con un chico por más de un mes y estaba empezando a sentirse muy abrumada. Así que mientras comíamos un postre, discutimos y debatimos racionalmente la situación. Sí, él era amable, tenía lindos dientes y la había apoyado la vez que sufrió un ataque de pánico, aun así ella dijo: "¿Y si simplemente me causa un poco de… repulsión?". Arrugó la nariz al decir esto, y de inmediato supe a lo que se estaba refiriendo. Ese nauseabundo sentimiento de '¿cómo me salgo de esto?' o '¿cómo me metí en esto?'.Otra amiga, una mamá a punto de iniciar una comunidad vegana, tuvo la misma experiencia. En lo que, sin lugar a dudas, es la historia más romántica que he escuchado en mi vida, ella se reencontró, el año pasado, con quien fuera su amor de hace una década. Él, después de intercambiar algunos mensajes con ella en Facebook, reservó un vuelo para venir a visitarla a ella y a su hijo de tres años. Aunque no me pareció que estuviera mintiendo, lo que realmente me sorprendió fue saber que él no solo pasó tres semanas adorándola a ella y a su hijo, sino que también quería cambiar toda su vida para venir a vivir con ella. Pensando que ella aprovecharía la oportunidad, me sorprendí cuando me dijo: "¿Y si él simplemente es demasiado… lindo?".Las relaciones amorosas anteriores de ambas amigas habían sido turbulentas, marcadas por la inestabilidad y un comportamiento donde la intimidad emocional regularmente quedaba fuera del alcance. La posibilidad de encontrar a una persona segura en su estilo de apego, y segura de sí misma, parecía no estar en sintonía con los sentimientos de amor que ambas amigas habían experimentado anteriormente.Similar a la manera en que un sentimiento insoportable afecta nuestro juicio racional y nos hace perder el control, a mí, el sentirme abrumada me ha causado algunos momentos my poco honorables. Me he escondido, me he vuelto elusiva y hasta he terminado una relación vía mensaje de texto (no fue mi mejor momento) con tal de deshacerme de una situación en que siento ese creciente sentimiento abrumador. Pero esta disonancia en presencia de una persona segura no es poco común.En el libro Attached, el Dr. Amir Levine discute la importancia de superar el deseo de turbulencia o distancia en una relación. Se basa en cómo está formado tu estilo de apego (ansioso, evasivo o seguro) a causa de tu crianza y experiencias de vida, lo cual puede causar una reacción de repulsión cuando empiezas una relación. Aquellos que son naturalmente más ansiosos o elusivos estarán predispuestos a un sistema de apego activo, en oposición a un sistema de apego pasivo, e involuntariamente lo verán como un prerequisito para el amor: "Porque estás acostumbrado a equiparar un sistema de apego activo con el amor", escribe Levine. , "llegarás a la conclusión de que no puede ser 'la persona correcta' porque algo falta, por alguna razón no suenan las campanas. Asocias un sistema de apego pasivo con el aburrimiento y la indiferencia, y debido a esta falacia podrías perder a la persona perfecta" para ti.Lo que es más, Levine discute las estrategias de desactivación que las personas con un sistema de apego ansioso y elusivo implementan subconscientemente para suprimir sus necesidades de apego, aun cuando son quienes más anhelan la intimidad, y suenan muy parecidas al sentimiento de repulsión. Alejarte cuando las cosas van bien, sentirte abrumado por las deficiencias de tu pareja, enviar señales contradictorias, tener la corazonada de que simplemente no es la persona correcta, creer que no estás lo suficientemente enamorado, sentir que tu pareja realmente no está disponible, sentir una soledad profundamente arraigada que debería ser aliviada por la "persona perfecta".Aquí están las descripciones breves de los diferentes tipos de apego que plantea Levine:
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- Seguro: se sienten cómodos con la intimidad, son cálidos y amorosos.
- Ansioso: anhelan la intimidad, suelen estar preocupados por sus relaciones y desean una mayor cercanía con su pareja.
- Evasivo: equiparan la intimidad con la pérdida de independencia, son distantes, tienen la idea de que hay algo mejor por venir.
Ah, ¿y que pasó con las amigas que mencioné en un principio? Están locamente y profundamente enamoradas de sus amables y abrumadores hombres, y no querrían que fuera de otra manera.Artículo publicado originalmente por The Oh Nine.