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Tecnología

Bayer acaba de comprar Monsanto y nos tenemos que preocupar

Esta es la última de una larga lista de fusiones empresariales que podrían poner en peligro la seguridad alimentaria.

Una compañía gigantesca acaba de absorber a otra compañía gigantesca. Claro que si no eres ni inversor ni agricultor es posible que no te hayas enterado. Bayer, la compañía creadora de la aspirina y que también produce productos agrícolas como pesticidas, anunció la semana pasada que iba a fusionarse con Monsanto, la gran corporación que se dedica a producir las controvertidas semillas genéticamente modificadas y que controla una tercera parte del gigantesco mercado de semillas estadounidense.

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La fusión está valorada en 66 mil millones de dólares y es la más grande del año. Esto significa que a partir de ahora Bayer controla una cuarta parte de todos los pesticidas y de todas las semillas que se producen en todo el planeta, según ha informado la BBC. Claro que hay algo todavía más inquietante que eso y es que esta ha sido la última de un interminable listado de fusiones entre corporaciones agrícolas en lo que va del año. Y eso, a su vez, significa que las alternativas de abastecimiento de los campesinos se están encogiendo de manera imparable: el mercado de semillas, pesticidas y fertilizantes es cada vez más estrecho.

Si todo ello te suena vagamente amenazador pero no sabes por qué, probablemente sea porque a partir de ahora existirá la posibilidad de que los nuevos gigantes incrementen su presión sobre las granjas y agricultores. O sea que aumenten los precios de la comida y, de paso, que hasta amenazan la seguridad de tener alimento.

"El mercado de los mayores proveedores de pesticidas y de semillas ha pasado de tener 6 jugadores (ChemChina, Syngenta, DuPont, Bayer y Monsanto) a quedar reducido a solo 3" explicó John Colley, profesor de la escuela de Negocios Warwick, en el Reino Unido. Colley es investigador y está especializado en las grandes adquisiciones, "Cada vez hay menos compañías contra las que competir. Así que ahora tienen una oportunidad inmejorable de subir los precios".

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Colley ha explicado que estas fusiones son, en gran medida, el resultado de la caída de los precios de las cosecha. Hemos cosechado industriales cantidades de maíz y de soja para satisfacer la demanda y eso ha provocado que los precios hayan bajado; lo que, a su vez, ha obligado a los agricultores a estrecharse el cinturón y a gastar menos en productos como pesticidas y fertilizantes. La reacción en cadena ha provocado que las grandes corporaciones existentes hasta la fecha hayan tenido más dificultades para saldar sus deudas. Y eso ha disparado las fusiones. La fusión permite a las corporaciones ocupar un mayor porcentaje del mercado y hasta subir los precios para reducir la velocidad de venta, incluso para los consumidores.

"Se están produciendo una serie de transformaciones muy importantes"

Cuando una parte tan sustancial del mercado está en manos de un puñado de compañías se expone, potencialmente, a ser menos estable. En algunas áreas, de hecho, un movimiento así puede reducir aún más el número de compañías hasta dejarlas reducida a sólo una o dos. Si la empresa padece una huelga, por ejemplo, y hay un recorte de los suministros, eso podría amenazar la capacidad de los granjeros de acceder a los productos que necesitan.

"A veces los oligopolios, de una manera o de otra, controlan la situación para intentar mejorar los precios" dijo Colley, "Me parece que es un miedo muy razonable".

Las dos corporaciones fusionadas tienen un poder económico colosal, repartido en un puñado de entidades con agendas políticas e ideológicas bastante definidas. De tal manera la fusión multiplica su capacidad de presión empresarial y política. Sin embargo para Brooke Dobni, un profesor de estrategia empresarial en la Universidad de Saskatchewan, no todo es tan tenebroso ni perturbador. Al menos al día de hoy existen ciertas regulaciones gubernamentales destinadas a impedir los monopolios abusivos, las que pueden evitar que determinados negocios no sean una amenaza para el mercado. Se supone que ahora existirán tanto en Europa como en Estados Unidos reguladores que observan con lupa el comportamiento de las dos corporaciones fusionadas. El escrutinio es tal que hasta tendrán que ofrecer su autorización para que el acuerdo sea oficial.

Existe una posibilidad que la fusión aporte algo más de estabilidad a la industria y que permita que ambas corporaciones puedan reducir sus costos. Pero que lo hagan no para incrementar los precios, sino para aumentar sus ahorros. Pese a todo todavía es temprano para saber qué rumbo tomarán ahora los dos gigantes. Dobni considera que los consumidores deberían de tener los ojos bien abiertos.

"Estamos atravesando un momento de transición en la agricultura" relató por teléfono el economista, "Hemos atravesado varias recesiones a nivel global, pero yo no creo que la recuperación se vaya a producir tan pronto como la gente piensa. Todos los que están sentados en las grandes habitaciones de las juntas directivas tomando estas decisiones lo ven y lo saben.Se aproximan algunas transformaciones fundamentales".