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Cómo Pueden Sobrevivir las Grandes Ciudades al Aumento de las Mareas

“A pesar de los billones de dólares invertidos para proteger de inundaciones las zonas costeras, estas siguen siendo, a menudo, insuficientes”.
Lower Manhattan sin electricidad luego del paso del huracán Sandy el 2012. Imagen: Derek Mead

Si algo hemos aprendido acerca de los desastres costeros en la última década, es que son devastadores y continuarán sucediendo. Además, en el futuro, el daño podría ser mayor a medida que el número de personas que migran a grandes ciudades costeras crece, el océano continúa aumentando su marea y las condiciones climáticas extremas se vuelven más comunes.

En una metrópoli como New York, evitar la llegada del siguiente Huracán Sandy es imposible, la única esperanza es reducir el daño producido una vez que este golpee. Sin embargo, hay detalles a considerar: ¿es la construcción de nuevos diques y la remodelación de los cursos de agua la solución para minimizar los daños producidos por las marejadas, o los propietarios deberían acondicionar sus inmuebles para las próximas llegadas? En una escala macro, ¿la puesta en marcha de acciones de ingeniería masiva es económicamente más sustentable que la reconstrucción de lo que ha sido destruido?

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Encontrar respuestas a estas preguntas significa la evalución de variables complejas, por ejemplo, cómo cambian los patrones de la tormenta y el nivel del mar cuando el clima se torna cálido, en qué lugares de la ciudad vive la población y cuánto costaría reparar futuros daños en comparación con el presupuesto asociado a la creación de estrategias de prevención en el presente.

La búsqueda de una solución equilibrada a estos cuestionamientos es el tema principal de un fascinante artículo publicado por Science, que utiliza la ciudad de Nueva York como ejemplo. Los autores hablan sin rodeo acerca de las actuales condiciones de prevención en grandes ciudades costeras; "A pesar de los billones de dólares invertidos para proteger de inundaciones las zonas costeras, estas siguen siendo, a menudo, insuficientes."

En primer lugar, los investigadores crearon un modelo para conocer los costos asociados y la prevalencia de grandes tormentas en la ciudad de Nueva York. El modelo fue construido en base a 549 simulaciones de marejadas, desde "eventos de baja probabilidad" como el Huracán Sandy, a tormentas comunes. Mediante el cálculo exhaustivo de los gastos revelados por las simulaciones, el equipo dirigido por el Dr. Jeroen C. J. H. Aerts de la VU Universidad de Ámsterdam, fue capaz de desarrollar una proyección de los costos asociados a tormentas en Nueva York.

Un mapa que nos muestra el modelo de daño utilizado en el estudio. El mapa incluye edificios residenciales y totales para cada barrio. Imagen: Aerts et. al supplemental materials

Los investigadores estimaron que la ciudad de Nueva York gastaría $174 millones de dólares al año en pérdidas causadas por inundaciones si es que no se implementan nuevas técnicas de prevención. El equipo señaló que el modelo "se acerca excepcionalmente a los daños reales ocasionados por Sandy¨.

Así, usando como referencia los gastos reales producidos por una tormenta, el equipo construyó tres modelos para proyectar gastos en el futuro; basándose en el cómo los efectos bajos, medios o altos del cambio climático podrían impactar en el comportamiento de las tormentas y las mareas. Esto les permitió crear y analizar los costos y beneficios de dos principales estrategias de mitigación: implementar nuevos códigos de construcción de edificios en zonas propensas a inundaciones y desarrollar un programa de gestión de inundaciones a larga escala, por ejemplo, con la construcción de barreras de contención de aguas. Una tercera estrategia sería un híbrido de las anteriormente señaladas.

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Como podrías esperar, la implementación de nuevas normas de construcción apuntan a disminuir daños por inundaciones, por ejemplo, elevar los cimientos de edificios y mejorar la protección contra inundaciones en nuevas infraestructuras, es la estrategia más rentable a considerar.

Sin embargo, como dicen los autores, "dada la gran cantidad de edificios existentes en Nueva York, este modelo tendría un impacto marginal si otro huracán ocurriese en los próximos años", y lograr que la gente cumpla con la nuevas regulaciones anti-inundaciones es un gran reto. En este sentido, el modelo puede ayudar a minimizar daños, pero no serían de gran ayuda cuando se trate de la inundación del siglo.

Otra opción es implementar barreras de contención de inundaciones alrededor de las principales vías fluviales de Nueva York. La imagen de abajo a la izquierda muestra uno de los tres escenarios señalados en el estudio de "Science". En ella, una combinación de diques, la correcta gestión de aguas y el uso de barreras de contención mitigarían el impacto de las inundaciones.

Aunque un esfuerzo de esta magnitud podría frenar efectivamente el avance de las inundaciones, su puesta en marcha es extremadamente costosa. Los autores señalas que la inversión máxima requerida por la ciudad de Nueva York es de entre $14.7 y $21.8 billones de dólares, requiriendo más de $100 millones de dólares al año para mantenimiento.

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"Elevar los cimientos de tu casa es algo que puedes hacer por entre $20.000 a $30.000 dólares" dice al teléfono el co-autor del artículo, Dr. Erwann Michel-Kerjan de la Universidad de Pennsylvania. "Pero, si te refieres a la ciudad de Nueva York, construir barreras costaría billones. Si observas el mapa, estas serían enormes".

"Diseñar sistemas como estos, requiere de cinco a diez años y otros cinco a diez años para su construcción, por esto es necesario analizar hoy si los construiremos dentro de los próximos 20 años", añade el investigador.

La imagen de arriba a la derecha muestra la estrategia híbrida, esta incluiría la construcción de barreras económicas pero efectivas y la aplicación de los nuevos códigos para la construcción de edificios en zonas propensas a inundaciones, según datos proporcionados por FEMA.

Aun así, los resultados son bastante severos. "Ninguna de las estrategias de protección contra inundaciones es económicamente atractiva bajo las actuales condiciones climáticas o en un escenario de cambio climático bajo", escriben los autores. Esto significa que, si en los próximos 100 años el impacto del cambio climático es menor de lo esperado, una inversión a larga escala contra inundaciones no es rentable. En este sentido, sería más barato reconstruir una vez que el huracán deja la ciudad.

Sin embargo, bajo el modelo de cambio climático medio, el modelo híbrido es rentable. Además, si el cambio climático es peor de lo previsto, es decir existe "un rápido derretimiento de hielo y un aumento de tormentas" establecer el modelo híbrido podría ahorrar unos $50 billones de dólares.

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Una tabla de costo-beneficio (BCR) para los tres modelos, como también el modelo híbrido del equipo. un BCR significa implementar cambios que ahorraran dinero durante el próximo siglo.

Este análisis está hecho desde un punto de vista macro; detener inundaciones es esencialmente imposible y un análisis estrictamente económico no incluye que, independientemente de lo que se haga, miembros de la comunidad perderán sus casas o vidas. Sin embargo, mejorar el actual sistema hará una diferencia, si se procede con prontitud. En simples palabras, los autores señalan que "Si el cambio climático se desarrolla de acuerdo con el escenario medio, es económicamente efectivo invertir en un sistema de barreras anti inundaciones por tormentas en el año 2040; esta estrategia debe ser estudiada ahora".

Por supuesto, aquí la gran pregunta (los autores se refieren a ello de esta manera) es señalar quién pagará por esto. Mejoras en inmuebles serán probablemente cubiertas por sus propietarios, mientras que costosos gastos en infraestructura requerirán posiblemente una inversión por parte de la ciudad, el estado y los fondos federales.

"La gran pregunta es ¿quién pagará por esto?"señala Michel-Kerjan, "¿Quién pagará por estas barreras o quién pagará por la consecuencias económicas e incluso las consecuencias humanas si no somos capaces de construirlas?".

Una propuesta interesante señalada en el artículo establece que "con más de 50 millones de turistas visitando la ciudad cada año, un simple impuesto resiliente de $10 dólares—equivalente al impuesto máximo que, luego del 11 de septiembre, cualquier pasajero que viaja a Estados Unidos debe pagar por un pasaje ida y vuelta—podría ayudar".

"Mejorar la protección financiera es también fundamental", señalan los autores. "Es preocupante que el 80% de los inmuebles particulares y el 95% de las pequeñas empresas en el área inundada por Sandy no contaran con seguro contra inundaciones, ya que el gobierno federal provee de seguros a precios subsidiados para gran parte de la población. Una reciente legislación aprobada por el congreso de Estados Unidos mantiene estos subsidios a través del tiempo, esto hace más atractiva la inversión para reducir riesgos relacionados con inundaciones ya que reduce el valor de los seguros costosos".

De todos modos, es positivo observar que existen argumentos económicos que justifican la modernización del sistema de gestión de inundaciones en Nueva York— y además su viabilidad económica. Si bien es cierto, el modelo desarrollado para esta ciudad no se puede cortar y pegar en otras ciudades, su enfoque general parece ser flexible. Esto es importante, ya que de momento no tenemos certezas de cómo afectará el cambio climático nuestras costas. Futuros cuestionamientos dependerán de la relevancia atribuida a este problema. En este aspecto, los autores concluyen, "la incertidumbre es inherente a este tipo de estimaciones, sin embargo, esto no debería usarse para justificar el no hacer nada".