El sexo en una universidad de videojuegos

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Tecnología

El sexo en una universidad de videojuegos

¿Qué sucede con las citas en una escuela de videojuegos dominada por hombres?

Andi Baker hace videojuegos. Ella es una de las pocas mujeres que estudian programación en DigiPen, un centro de estudios privado que ofrece programas de bachillerato y maestría en programación de juegos y diseño, entre otras cosas.

DigiPen actualmente posee 1200 estudiantes, de los cuales 80 por ciento es hombre y 20 por ciento mujer. Las estudiantes, hablando en números, son más proclives a estudiar arte y animación, hay muchas menos en programación donde la proporción está más hacia el lado masculino. Pregunta a cualquier estudiante que significa Digipen y todos te lo dirán: pene digital.

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Quise saber cómo es la vida social para los jóvenes que estudian videojuegos bajo estas condiciones asimétricas, ahora que la discusión sobre género y juegos está al rojo vivo. ¿Qué sucede con las citas en una universidad de videojuegos que tradicionalmente ha sido dominada por hombres?

En una reciente visita al campus de DigiPen en Redmond, Washington, distante a unos 25 kilómetros de Seattle, le pregunté a Andi si se siente diferente debido a su sexo. Ella entró a estudiar al salir de la escuela superior y actualmente trabaja en un beat-em-up sobre niños que pelean con monstruos mientras sueñan.

"De vez en cuando la gente se sorprende cuando conoce a una mujer" dice, "'Oh, mira es una mujer' dicen y uno responde 'Hey, soy una persona'. Son estudiantes de primer año por lo general. Hay personas que son muy fanáticas de los juegos y no se dan cuenta que a las mujeres también nos gustan. Cuando superan el shock de ver a una mujer aquí dicen 'Oh, entonces debes ser una artista'".

Andi dice que "Las mujeres reciben mucha atención acá. No diría que es negativo. No es bueno o malo, sólo es diferente". Pero al ver que esta atención viene desde gente "que es menos extrovertida" continúa, "no va mucho más allá".

Le pregunté a Andi, cuyp novio llamado David estudia programación, que quería decir con eso. Ella dijo que muchos de los estudiantes de DigiPen deben trabajar y armarse de coraje para hablar entre ellos, lo que significa que los hombres no hablan con mujeres si ellas no quieren. Los hombres en DigiPen "son todos introvertidos".

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"Bueno, no todos" dice, "está Doug".

No diría que es negativo. No es bueno o malo, sólo es diferente.

Doug Zwick me lleva al segundo piso, un área llamada Tesla donde hay varios grupos de estaciones de trabajo. Los estudiantes están constantemente diseñando videojuegos cómo parte del programa de grado que estén estudiando, acá es donde se "contratan" para varias posiciones -programador, artista, productor y así- formando pequeños grupos para trabajar en cada juego.

Vi a Doug escribiendo código en Unity, el software de creación de juegos multiplataforma. Me dijo que la gran parte de su tiempo libre fuera de clases la ocupa aquí, hasta muy tarde en la noche. Programa, toma ritalín cada ciertas horas, no almuerza (pero si come puñados de galletas saladas) y así todos los días.

A los 32, Doug es uno de los estudiantes más viejos en DigiPen. Durante los últimos 3 años, cuando empezó a estudiar aquí, su pelo se ha comenzado a poner gris en las sienes. También ha notado que debido a la falta de tiempo disponible para hacer ejercicio, una pequeña panza se asoma bajo su camiseta de Totoro.

Doug y su equipo se hacen llamar PK109 y su actual proyecto es un juego que implica piroquinesis, el poder de crear fuego sólo con el poder de la mente. El juego ahora se ve como un grupo de figuras geométricas y Doug dice más de una vez que las figuras marcan la posición dónde irán los gráficos.

Doug edita un poco de código y me muestra algo con forma de cápsula en la pantalla, representa al personaje del jugador subiendo la temperatura en un cubo cercano. Un termómetro en la pantalla muestra la temperatura del cubo. Cuando llega a cierta temperatura el cubo se prende en llamas, pero de la nada aparece un duplicado de la cápsula sobre la original, flotando en el aire, y se queda ahí parada. Esto no se suponía que pasara.

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"Todavía estoy trabajando" admite Doug.

Este es sólo otro obstáculo en "el pozo" que es como él llama a este lugar. "Estamos todo el tiempo acá. Esta es la gente con la que interactuamos. Entonces es un sistema cerrado en términos de interacción social. Todo el tiempo fuera de clases lo ocupas desarrollando tu juego".

¿Los estudiantes de DigiPen tienen fiestas? le pregunto.

Sí, pero Doug es "viejo" y dice que sólo una vez ha estado en algo que podría llamar "fiesta". De todas formas fue una típica fiesta de universidad. "Había beer pong, había un DJ poniendo música, había gente bailando" dice.

A esa fiesta en particular incluso llegó la policía porque habían muchos estudiantes sin edad legal para beber alcohol. Pero a los estudiantes avanzados también les gusta salir del campus, quedar borrachos con cerveza barata y jugar los juegos desarrollados por los estudiantes de primer año, algunas veces riendo muy fuerte, otras veces impresionados, en silencio. (Debo agregar que todos los estudiantes de primer año con los que hable creen tener la mejor idea para un juego. La mejor de todas las ideas).

No hay oportunidad para la vida social fuera de DigiPen.

"Las personas están aquí para aprender" me dijo Alexandra Schecterson, presidenta del club de diversidad. "Están más obsesionadas con aprender que otra cosa".

Los estudiantes están estudiando, tomando clases o trabajando en sus proyectos de videojuego por, al menos, seis días a la semana. Generalmente comienzan a las 10 de la mañana y se van a dormir a las 10 de la noche, o incluso a la medianoche, que es cuando los guardias de la facultad apagan las luces y echan a todos. Todos los años esta progresión hace bajar de peso a los estudiantes más jóvenes.

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El programa es tan intenso que incluso dedicándole 12 horas diarias en promedio, menos de la mitad de los estudiantes terminan en 4 años, de acuerdo a las estadísticas. Sólo un poco más de la mitad se gradúan cuando agregas un quinto año al tiempo de estudios. Compara esto con la vecina universidad de Washington donde el 78 por ciento de los estudiantes termina en cinco años.

Muchos se van de la carrera por diferente razones: cansancio, problemas de dinero o simplemente la realización que dedicarse a la industria de los videojuegos reduce considerablemente el tiempo que ocupas jugando.

El imaginario universitario, por lo menos en Estados Unidos, donde se bebe mucho alcohol y la bacanal de un viernes por la noche se mide a través del número de parejas sexuales libres de culpa, parece estar desequilibrado en DigiPen. Existe un ambiente inclusivo para un género, sesgado para el otro.

Andi está abajo a la derecha. Su novio, David, está sentado a su derecha.

Lo que nos lleva de vuelta a la vida social de este grupo de estudiantes de videojuegos a tiempo completo y su asimétrica relación entre hombres y mujeres.

El acoso a las mujeres ocurre ocasionalmente en DigiPen. Alexandra cuenta que ella tuvo "un gran número" de amigas que no estaban interesada en una relación romántica, sólo para que sus compañeros redoblaran los esfuerzos de cortejo. Una circunstancia que ya es incomoda se pone peor dentro de una pequeña universidad.

En uno de los más escandalosos casos durante su primer año, Alexandra me contó que un estudiante "fue expulsado de la universidad porque acosaba a una mujer. Entonces se tomaron medidas. Si algo así pasa hay recursos para que se solucione". También me dijo que ese año y por primera vez, DigiPen publicó una política sobre asaltos sexuales.

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Cuando le pregunté a las estudiantes Stephanie Barros y Nadia Carrim, quienes salieron de la secundaria para entrar directamente a DigiPen, si las relaciones sociales entre hombre y mujeres eran diferentes acá que en la escuela secundaria, las dos dijeron "Oh, sí" y rieron.

"Muchas personas acá no son buenas socializando" dijo Stephanie, "Pero especialmente los hombres".

Me dijeron que hay muchos hombres que no saben leer las señales de la sociedad, como el lenguaje corporal, y te dan la espalda si no estan interesados en ti por ejemplo.

"A veces es divertido…" dice Nadia.

"… Pero otras veces puede ser pavoroso" agrega Stephanie.

¿Y esta inhabilidad para leer el lenguaje corporal es un problema recurrente en DigiPen? les pregunté.

"Sí" dijeron al unísono y se rieron de nuevo.

Nadie después explicó que durante su primer año había un estudiante que "estaba obsesionado conmigo y no me dejaba sola. Le dije más de una vez que parara. El me decía 'Ok' pero seguía haciendolo".

"Fue un puso un poco acosador" dijo Stephanie.

De todas formas dejaron claro que estos casos negativos son excepciones a la regla, pese a la naturaleza de un club de hombres con estos datos demográficos. El funcionario Mark Ward de asuntos estudiantiles me dijo "Acá por lo general no hay acoso sexual".

Es completamente distinto a la interacción entre sexos que por lo general ocurre en la vida universitaria. Andi atribuye esta falta de acosadores a la misma razón que me dijeron todas las mujeres en DigiPen con las que hablé: la universidad tiene muchos hombres, pero ellos no son exactamente lo que llamarías machos alfa. No hay deportistas reales, no hay fraternidades. No hay rockeros en desarrollo que estén formando bandas.

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Entonces la competencia de los hombres por tener la atención femenina sólo ocurre cuando llegan nuevas mujeres, luego se arman las parejas y la vida social se detiene nuevamente. "Todos aquí son geeks computacionales" dice Andi.

Todos aquí son geeks computacionales.

La coordinadora de admisión de DigiPen, Rachel Thompson, me confirmó la naturaleza pacífica de la universidad.

"No hay pandillas o intimidadores como se ve en otras universidad" dice. "Nuestros estudiantes son diferentes. Son más introvertidos. Los intereses acá son los de la minoría en la escuela secundaria, donde las personas más populares están interesados en deportes o atletismo. Los menos populares generalmente están interesados en videojuegos o cosas así. Esta minoría viene a nuestra universidad y acá son mayoría. Se sienten más cómodos".

En un punto Doug me presentó a David Jensen. Él es un estudiante del programa RTIS en DigiPen y dice que ser uno de los estudiantes que encontró novia en DigiPen. Me habló de la carrera desesperada por las nuevas mujeres de primer año.

Es un fenómeno cíclico que "definitivamente se nota" dice Devin. Se refiere a The DigiPen News Feed, una página en Facebook parecida a The Onion que publica parodias de noticias y bromas internas de DigiPen:

Una vez que las mujeres de primer año encuentran pareja, dice él, las largas "DigiRelaciones" continúan y continúan. Esto crea una norma donde casi todas las mujeres -esencialmente todas, si escuchas a Devin contandolo- están en una relación durante sus años en la universidad. La gran mayoría de los hombres no tienen otra opción que estar solteros.

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"Todos se acostumbran" dice Devin. "Así es como son las cosas".

'Obligados a la extinción' es una frase popular.

De vuelta en el sector donde trabaja Doug conversé con otro estudiante llamado Izzy Abdus-Sabur. Le pregunté si el desequilibrio de género ha impactado de alguna forma sus años en DigiPen.

"No lo voy a suavizar" dijo. "Sí".

Izzy dice que el desequilibrio crea percepciones negativas en los dos lados: las mujeres son vistas como objetos y todos los hombres son percibido como personas que sólo ven a las mujeres como objetos.

"Se crea una mala reacción de las dos partes. Luego los hombres dicen "Oh, no voy a hablar con ninguna mujer en DigiPen porque a ellas no les interesa." Pero la falta de interés, él dice, "es una reacción a ser perseguidas tan terriblemente".

Por su parte Izzy ha "renunciando a tener una relación con alguna mujer en DigiPen. No hay muchas" dice. "'Obligados la extinción' es una frase popular".

"Es una forma muy tonta de verlo" dice Izzy. "Es terrible ver a las personas como objetos, Pero, sin perdonarlo, es un poco necesario. Trabajas tanto que no hay espacio para explorar ese lado de la vida fuera de DigiPen".

"Ya no soy así. No voy a excusarme. Llegó gente el primer mes y dije 'Oh, nuevas mujeres, que bien' pero luego de un tiempo pensé 'No, espera'. Conocí a algunas como amigas y me di cuenta que es hay ambiente terrible acá y algunas están muy molestas".

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El equipo Buff Stuff.

El grupo que está junto a Doug se llama Buff Stuff, porque todos levantan pesas juntos. Todos tienen brazos musculosos. El otro ejercicio físico hecho por estudiantes que encontré fue uno que formó Doug: la vuelta de las 9 PM. Los estudiantes se reúnen a las 9 de la noche y dan una vuelta alrededor del edifico de DigiPen.

Quise hablar con los miembros de Buff Stuff porque parecen lo más cercano a un grupo de deportistas, pero inmediatamente me doy cuenta que son una excepción. Las personas de este grupo me cuentan que la universidad mata toda relación con personas del mundo exterior porque no es una opción viable. Debes mantener todo ahí dentro.

Andy Hill me dijo que mientras estés en DigiPen, un hombre heterosexual "encuentra una relación que dura mucho tiempo o no encuentras ninguna".

Entremedio tu culo no se mueve de la silla mientras tomas clases de programación y teoría de los juegos o escribes el código de tu propia creación hasta mitad de la noche.

"Es una existencia muy disciplinada" me dijo Ketih Tallon.

Hay gente en esta universidad cuya fe en el potencial creativo de los videojuegos es tanta que sacrifican incluso el amor, al menos por una década o hasta realizar sus aspiraciones. Son monjes en claustro y DigiPen es su abadía aislada.

Antes de llegar a DigiPen pensé que todos los hombres estarían constante y furiosamente compitiendo por el limitado numero de mujeres disponibles. Pero este no era el caso.

"Eso es durante primer año" dice Andi con una sonrisa. "Llegan las novatas y todos los hombres dicen "Oh, nuevas mujeres". Pero luego las mujeres conocen a todos los hombres y todas terminan con un novio. Y porque todos tienen intereses similares, muchas relaciones funcionan muy bien y están juntos durante todos los años en la universidad. Es muy raro".