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Tecnología

La lección de Virgin Galactic: comenzar el turismo espacial tiene su precio

Cuando prometes las estrellas, los accidentes son inevitables.

Imagina por un momento que la nave espacial de Virgin Galactic no quedó destruida la semana pasada. Si esta prueba hubiese ocurrido sin problemas, la próxima persona en subirse al SpaceShipTwo se supone que hubiese sido el fundador de Virgin, Richard Branson. Luego de eso le tocaba su turno a los clientes que pagaron.

El incidente del viernes fue un golpe de realidad: la emoción por el turismo espacial de Virgin Galactic estaba llegando a un momento de éxtasis a medida que la compañía se acercaba a comenzar sus operaciones comerciales. Luego vino el accidente y las personas recordaron que SpaceShipTwo estaba probando por cuarta vez su motor accionado por cohetes. Es un negocio difícil, caro y peligroso.

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"Cree en mi" no es suficiente cuando hablamos de viajes al espacio.

"Esto nos demuestra que necesitas probar estas naves más de dos o tres veces antes de subir a los clientes a ellas" me dijo Marco Caceres, un analista de la industria espacial que trabaja en Teal Group Corporation. "Estos vuelos son caros y muchos gobiernos o compañías sólo pueden pagar por unos pocos vuelos de prueba".

El problema no es que Branson esté intentando llevar clientes al espacio: es que está vendiendo un producto antes de estar listo, traspasando el riesgo de invertir en esta tecnología hacia sus consumidores, los que no tienen idea de a qué se están subiendo ni cuando realmente ocurrirá esto.

Hemos visto esto antes con los Kickstarters fallidos que no han podido entregar lo que prometieron. Por cerca de 15 años Branson ha intentando promover la idea del turismo espacial comercial y ya ha vendido sobre 700 pasajes. El problema es que no estás entregando dinero a un videojuego de medio millón de dólaresun nuevo álbum musicalun nuevo aparato electrónico. Los clientes de Virgin Galactic están gastando $250.000 dólares cada uno y van a tener que eventualmente confiar sus vidas en Branson.

La situación de Virgin Galactic es similar a lo que ocurre con Mars One e Inspiration Mars, dos proyectos que han pedido a las personas que les donen dinero para crear una tecnología que no ha sido probada y prometen hazañas de la ingeniería sin precedentes y nunca antes llevadas a cabo. Inspiration Mars ya está muerto y Mars One no ha demostrado mucho aún, tiene que ser visto como un proyecto a largo plazo en el mejor de los casos.

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Pantallazo: YouTube/ Motherboard

Quedan pocas dudas que alguien eventualmente ofrecerá turismo espacial de forma segura y que accidentes como el del viernes pasado son parte del camino a recorrer. Los viajes espaciales, así como los viajes aéreos, no son 100 por ciento seguros. El modelo de negocios de Branson (y el de muchos Kickstarters) se basa en tecnologías poco probadas, en grandes promesas y mucha fe.

Un periodista de Sky News en entrevista con Branson dijo que "parte del modelo de negocios de Virgin Galactic es generar publicidad. Al final del día es un modelo de negocios que se basa en el turismo y para atraer turismo necesitas buena prensa".

Es por esto que los vuelos turísticos de Virgin Galactic están siempre a la vuelta de la esquina, según las palabras de Branson, y nunca a varias decenas de años. Durante el año 2004 el primer vuelo iba a suceder el 2007; en 2006 se suponía que comenzaban el 2008; el 2011 las "pruebas finales" estaban planeadas para el 2012.

No es buen negocio sugerir que va a tomar una década más de pruebas e ingeniería para que sea seguro llevar a un civil sin entrenamiento al espacio. El aporte conservador de dominar primero los vuelos sin pasajeros, como SpaceX y otras compañías están haciendo, es probablemente la mejor forma de llevar a cabo esta misión.

Este es el problema con el turismo espacial en este momento. Pocas personas, aparte de Branson, XCOR (otra compañía que está vendiendo anticipadamente vuelos suborbitales al espacio) y Space Adventures (una compañía sobre la que nadie ha escuchado mucho, pero planean llevar turistas a la Luna en cuatro años) parecen estar listas y dispuestas a gastar el dinero necesario para que estos proyectos despeguen.

Por esto es que compañías como SpaceX y Orbital Sciences (quienes sufrieron un accidente en su propia nave espacial la semana pasada) están intentando perfeccionar los viajes no tripulados gracias a extremadamente lucrativos contratos con la NASA, antes de comenzar a vender productos al público general.

Lo que viene para Virgin Galactic sólo podemos adivinarlo. Caceres estima que no podrán volar por al menos un año y quien sabe cuantos clientes pedirán su dinero de vuelta.

A su favor, antes del accidente del viernes Virgin tuvo éxitos limitados al probar la nave. Probablemente seguirán adelante. Pero para los consumidores está muy claro que "cree en mi" no es suficiente cuando hablamos de viajes al espacio.