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Las mariposas jurásicas demuestran cómo la naturaleza repite sus mejores ideas

Las crisopas pueden estar muy pasadas de moda para las mariposas moderna, pero eso no significa que no tengan importantes lazos familiares.
La crisopa fosilizada Oregramma illecebrosa (a la izquierda) y la mariposa buho moderma Caligo Memnon (a la derecha). Imagenes: Conrad C. Labandeira and Jorge Santiago-Blay

Charles Darwin describió la evolución como "infinitas formas bellísimas y maravillosas" pero eso no significa que la naturaleza esté en contra de reciclar ideas. Por ejemplo, podemos verlo en la imagen de arriba donde comparan el fósil de una crisopa jurásica con una mariposa búho moderna.

Aunque se ven casi idénticas, según el registro de fósiles, las crisopas surgieron 40 millones de años antes que las mariposas y sus descendientes están más relacionadas a insectos como los rafidiópteros y los Chauliodinae, segúnun estudio publicado hoy en la revista científica Proceedings of the Royal Society B.

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Los autores del estudio renovaron las líneas del tiempo evolutivas y aprendieron más sobre la relación entre especies gracias al descubrimiento de varios fósiles de la familia extinta Kalligrammatidae en la frontera de China y Kazajistán.

"La mala preservación de fósiles de crisopas siempre ha obstaculizado los intentos de conducir un examen ecobiológico y morfológico detallado de la familia Kalligrammatidae", declaró el coautor David Dilcher, un paleobotánico que trabaja en la Universidad de Indiana.

"Sin embargo, al examinar estos nuevos fósiles, hemos desentrañado una amplia gama de similitudes físicas y ecológicas entre los fósiles y las mariposas modernas, que compartieron un ancestro común hace 320 millones de años", explicó.

El resultado es un recordatorio impresionante de la evolución convergente —cuando los organismos desarrollan características similares de forma independiente— no es un fenómeno únicamente geográfico sino un fenómeno temporal. En otras palabras, linajes totalmente separados pueden parecerse entre sí en continentes diferentes y a través del tiempo.

Lo que funcionaba para los crisopas hace 165 millones de años sigue funcionando para las mariposas hoy en día, lo cual es muy extraño considerando que las dos desarrollaron lo que llamamos "ocelos" en las alas, una táctica de mimetismo para hacer creer a los depredadores que los están observando.

Es como si el ecosistema que creó a la crisopa nos estuviera viendo desde los intrincados restos del insecto. Madre naturaleza, eres hermosa pero das miedo.