La fábrica ilegal de armas del cártel Jalisco Nueva Generación

Usualmente atardecía cuando los tres hombres llegaban al taller. Llegaban en un Volkswagen Beetle y se detenían en una inclasificable bodega del porte de un garaje entremedio de varias tiendas de un barrio residencial de Guadalajara, al suroeste de México, estado de Jalisco. Ellos estacionaban el escarabajo y procedían a beber alcohol en la cuneta. Eventualmente los hombres entraban al almacén a través de una puerta que daba a la calle. Siempre cerraban la puerta con llave una vez que estaban dentro.

Esto ocurrió por al menos dos meses durante 2014, de acuerdo a un vecino del almacén, donde los hombres trabajaban a extrañas horas. Nunca llamaron mucho la atención, por lo que había pocas razones para pensar que este almacén, ubicado en la calle Isla Trapani 2691, era en realidad una planta ilegal para manufacturar armas y que los tres hombres estaban ocupando este espacio para producir armas caseras no rastreables para uno de los sindicatos criminales más violentos y de más rápido crecimiento en México.

El grupo de productores de armas caseras para el Cártel Jalisco Nueva Generación se escondía a la vista de todos. Este cártel ha llevado a cabo un meteórico y salvaje ascenso al poder durante los últimos meses, tanto que el jefe del grupo de investigación criminal de la Procuraduría General de la Republica, dijo que estos criminales eran de "alta peligrosidad". Este grupo está aterrorizando la región con ataques coordinados a instalaciones del gobierno. En mayo, miembros del cártel de Jalisco derribaron a un helicóptero militar con un lanzagranadas. Seis soldados perdieron la vida. El cártel está detrás de un serie de narcobloqueos, operativos que consisten en prender fuego a vehículos de gran tamaño y gasolineras para mostrar su poder y provocar caos. Hasta ahora, el cártel ha reivindicado 39 narcobloqueos. En uno de ellos prendieron fuego a un autobús de transporte público que estaba justo a unas cuadras del laboratorio de armas.

Dentro de la tienda, el arma más producida era el fusil AR-15. Estos fusiles que se enfrían con aire y tienen cargadores removibles, son los favoritos de los narcotraficantes mexicanos porque son ligeros y resistentes. En el laboratorio secreto de Guadalajara, esos tres hombres armaban fusiles AR-15 con piezas de armas que compraban en Estados Unidos y después pasaban de contrabando en lotes pequeños, según la información que proporcionaron las autoridades de ambos países que entrevistamos para este artículo.

Sin embargo, cuando las autoridades mexicanas hicieron una redada en la fábrica el 7 de octubre del año pasado (con la ayuda de autoridades estadounidenses), descubrieron que estos hombres también fabricaban funcionales cajones de mecanismos de AR-15 hechos a partir de bloques de aluminio. En el cajón de mecanismos se encuentra el mecanismo principal para disparar los fusiles AR-15. Según las leyes mexicanas y estadounidenses, el cajón de mecanismos es la única parte del arma que legalmente define y a través de la cual se controla un "arma de fuego" *. Estos hombres fabricaban cajones de mecanismos caseros con la misma tecnología que utiliza el movimiento mundial DIY (hazlo tú mismo). En México y Estados Unidos, el cajón de mecanismos es donde las armas llevan el número de serie y está diseñado para poder rastrearlas. Como las armas caseras del cártel de Jalisco no están seriadas, no se pueden rastrear con precisión.

Los grupos de crimen organizado en México han traficado armas ilegales desde hace tiempo, pero los cárteles necesitan poder de fuego ahora más que nunca a medida que diversifican su portafolio, agregando a sus delitos el robo de petróleo, la extorsión, el secuestro y el tráfico de personas, ademas del tráfico de drogas. Por primera vez hay evidencia de un cártel creando sus propias armas. ¿Es esto una novedad o un presagio?

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El cajón de mecanismos es el punto crucial de un fusíl AR-15. Ahí se encuentra el mecanismo del gatillo, además une la culata, la empuñadura, el cargador y donde se monta el cañón. En un fusil como el AR-15 que tiene tanto cajón de mecanismos como receptor superior, el cajón de mecanismos es lo que se considera el arma de fuego, por lo tanto, el resto de las partes es mucho más fácil de conseguir y mucho más difícil de rastrear.

El proceso para fabricar armas DIY empieza con un trozo de material sin terminar que, con las herramientas necesarias, se puede mejorar hasta convertirlo en un mecanismo para disparar. La Agencia de Alcohol, Tabaco, Armas de fuego y Explosivos de Estados Unidos (abreviado ATF) no considera que este material sin terminar esté dentro del "proceso de fabricación", que es cuando laLey de control de armas de Estados Unidos tiene que clasificar el arma, si es que le falta un veinte por ciento o más para completarse. En otras palabras, la ATF no considera que estos pedazos de metal, conocidos como "cajón de mecanismos a un ochenta por ciento" –lo cual significa que tienen una cavidad de control de fuego estable pero que no tiene orificios para un selector de tiro, un percutor o un gatillo– sean armas de fuego, por lo que están disponibles a la venta en Estados Unidospero no en México.

El cajón de mecanismos a ochenta por ciento está completo una vez que la cavidad está lista para albergar un mecanismo de disparo. Para este punto, ya se considera como un arma de fuego tanto en Estados Unidos como en México. En ese momento está sujeta a la regulación del gobierno y se le debe asignar un número de serie.

Los fabricantes amateur y los armeros llevan décadas haciendo receptores inferiores funcionales a partir de cajones de mecanismos al 80%. Hoy en día hay algunas formas de fabricar AR-15 no rastreables, por ejemplo con un antiguo taladro de prensa, similar al taladro manual utilizado en este demo de ATF; con una impresora 3D o con un torno de control numérico computarizado (CNC) capaz de transformar un pedazo de metal en un arma imposible de rastrear.

But the men weren't merely finishing the job on receiver blanks at the lab in Guadalajara. They were creating new lowers altogether.

El almacén se encontraba en una zona popular de Guadalajara, según Luis Carlos Nájera, el procurador del estado de Jalisco, quien dijo que no es raro ver gente entrando y saliendo de bodegas en esta parte de la ciudad, repleta de naves industriales pequeños, talleres y fábricas que trabajan con pieles. Sin embargo a principios de junio, cuando un corresponsal de Motherboard visitó el área donde se encontraba la fábrica, la tensión flotaba en el ambiente. La gente se veía introvertida y se mostraba reticente a hablar mucho sobre el tema.

Hoy, la cortina de metal color negro del almacén está marcada con un graffitis de las pandillas cercanas. Tres policías patrullan la bodega día y noche, armados con rifles de combate modificados. Los guardias dicen que su misión es resguardar el lugar pero no explicaron qué fue lo que pasó como para que fuera necesario que estuvieran ahí. Uno de los guardias escribió en una libreta que había ido un reportero y después trasmitió el mismo mensaje por radio.

Cuando la policía estatal de Jalisco hizo una redada en la tienda, Nájera dijo que a primera vista no parecía una fábrica de armas. "No había muchas cosas" dijo Nájera. Sus hombres encontraron armas, materias primas variadas (aluminio, más que nada) para producir armas de fuego DIY, y "algunas mesas y otras cosas".

En la redada, las autoridades confiscaron un total de 18 fusiles AR-15 hechos a mano, 14 armas en la calle Isla Trapani 2691 y otras cuatro armas en otra bodega en Guadalajara, donde arrestaron a un cuarto sospechoso que creían que estaba relacionado en circulo de armas. (El caso paso de la oficina del procurador general al fiscal federal, según Nájera. La identidad de los cuatro detenidos, quienes esperan a que un juez les dicte sentencia, no han sido reveladas públicamente debido al carácter secreto de la investigación).

Los agentes también confiscaron un torno CNC, una máquina industrial que gira sobre un eje mientras extrae objetos simétricamente desde grandes piezas de un material base. El torno se programa con un avanzado software que guía a la máquina mientras esta corta los cajones de mecanismos de AR-15 desde bloques de aluminio. Después los hombres fijaban las demás partes del arma a los mecanismos de disparo ya terminados, que en general miden el largo de una engrapadora y el ancho de una baraja de cartas. Después las armas llegaban a manos de los miembros del cártel de Jalisco. Se cree que estos hombres también mandaron armas al estado de Michoacán.

La máquina que se encontró en el laboratorio de armas en Guadalajara era un torno CNC fabricado por Haringe, una empresa constructora de máquinas basada en Nueva York que es famosa por sus máquinas CNC. No había precio de cotización para ese modelo específico en la página web de Hardinge cuando se escribió este artículo, aunque en la página de un distribuidor de este tipo de máquinas decía que cuesta cerca de 24.500 dólares. No se sabe quien compró el torno CNC de la marca Hardinge que se encontró en el laboratorio de armas del cártel ni cuánto costó. Hardinge se negó a hablar sobre esta compra a pesar de habérselo pedido en varias ocasiones.

Tampoco está claro si las personas que trabajaban en el almacén tenían experiencia con la tecnología industrial CNC, y en caso de que así fuera, si se les capacitó específicamente para este trabajo o si el cártel les ofreció un buen salario para tenerlos de su lado. Un maquinista con conocimientos de fabricación de armas con tecnología CNC dijo que no se necesita mucha experiencia para operar las máquinas halladas en el laboratorio, pero sí al menos un poco de capacitación. Dijo que era como un "efecto boomerang" porque mientras más complicada la máquina, mejor, e irónicamente, más familiarizado tiene que estar el operador.

Las tornos CNC como el que se utilizaba en la fábrica de Guadalajara necesita archivos digitales para crear objetos a partir materias primas, las que usualmente son metales. En general, estos archivos están escritos en G-code, un lenguaje de programación básico que se utiliza comúnmente en el control numérico. También se le conoce como código NC. Este código le dice a la máquina cómo hacer un objeto específico. Es un código que se programa a mano, por lo tanto, la gente puede utilizar un editor de texto para leerlo línea por línea, revisar cada una de las coordenadas y modificarlo si es necesario. Es difícil encontrar un código NC específico para crear armas no rastreables como las que fabricaba la tienda de Jalisco pero no se necesita mucho tiempo en internet para encontrar un modelo de referencia adecuado para partir de ahí y modificarlo a mano.

Los arquitectos responsables de la fábrica, quienes quiera que sean, no necesitaban hacer esa búsqueda ni escribir el código para la máquina de 20 mil dólares y hacer armas. Podrían haber utilizado un torno hidráulico, una impresora 3D o la Ghost Gunner, un torno CNC para uso general.

Pero está claro que querían ir más allá. No querían limitarse a hacer el 20 por ciento que le faltaba a los cajones de mecanismos a un 80 por ciento. El punto era poder crear cajones de mecanismo que sean funcionales, hechos a partir de bloques de aluminio y así fabricar sus propios rifles de asalto no rastreables. Si eso significaba gastar miles de dólares en maquinaria industrial (asumiendo que los arquitectos compraron el torno en vez de robarlo), entre otros gastos como la mano de obra (asumiendo que le pagaban a estos hombres por su trabajo), entonces estaban dispuestos gastar en recursos. El dinero es poder de fuego.

Un cajón de mecanismos acabado es lo que hace que un arma se considere como tal ante los ojos de la ley tanto en México como en Estados Unidos. Pero hasta un novato en las armas de fuego sabe que hay más que eso en un arma. ¿De dónde salieron las demás partes de las armas de fuego —como las culatas, las empuñaduras, los cañones, las municiones, etcétera— que llegaron a la fábrica ilegal de armas del cartel de Jalisco?

El agente especial estadounidense Keith Heinzerling, de la ATF, dijo que no sabemos porque las partes de las armas no se pueden rastrear debido a que fueron halladas en México. Se requiere un número de serie para rastrearlo a través del sistema e-Trace de la ATF, que sirve para rastrear armas confiscadas. Las piezas de las armas, a excepción del cajón de mecanismos y del marco, no portan números de serie según la Ley de control de armas de Estados Unidos. Por lo tanto no se pueden rastrear.

"Podemos asumir que [las partes] vienen de Estados Unidos, ya que la mayoría de las armas que llegan de forma ilegal vienen de ahí", dijo Heinzerling, el agregado de la ATF en la embajada de Estados Unidos en la Ciudad de México, a través de una entrevista telefónica, "pero no estamos seguro. No hay forma de rastrearlos".

"Recuerda que aquí no tenemos autoridad legal", añadió Heinzerling, quien ayudó a Nájera y a la policía estatal de Jalisco a desmantelar el laboratorio, "somos invitados en el país. Podemos intervenir cuando se nos pide y viceversa. Si tenemos información que puede servirle al gobierno para facilitar pruebas en la investigación, estamos dispuestos a compartirla".

"Tenemos una relación excelente con las autoridades mexicanas. Trabajamos muy bien juntos".

En México todavía hay una gran cantidad de armas ilegales. Se calcula que hay 24.6 millones de armas ilegales en circulación hoy en día y muchas de ellas vienen de Estados Unidos. Según los datos de rastreo que recopiló este año la ATF, de las armas confiscadas por las autoridades mexicanas y que fueron sometidas a análisis, la mitad entraron de contrabando a México entre 2009 y 2014 y provenían de Estados Unidos. Según un cálculo del Instituto Transfronterizo, se compraron entre 106.700 y 426.729 armas en Estados Unidos entre los años 2010 y 2012 con el objetivo de traficarlas a México.

"El volumen de tráfico de armas entre fronteras es muy significativo", dijo Clay Boggs, el responsable del programa en la Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos.

México está repleto de armas de fuego ilegales. Es difícil descifrar por qué un cártel tan experto en tecnología y tan innovador querría incursionar en el negocio de las armas DIY cuando existe un mercado saturado con armas imposibles de rastrear. ¿Por qué no simplemente comprar armas legales y borrar los números de serie?

"Si fabrican aquí los cajones de mecanismos, pueden fabricar armas a una fracción del costo que tendrían las mismas armas en el mercado", dijo Heinzerling. "Además, si las fabrican aquí, entonces no tienen que borrar ningún número de serie".

Las armas DIY también sirven como una fuente de ingreso para el cártel. Como dijo Boggs: "Ser capaz de fabricar tus propias armas de fuego es una idea muy atractiva no sólo porque son imposibles de rastrear, sino porque es muy rentable y no hay la necesidad de comprarlas en Estados Unidos o en cualquier otro lugar".

Aún así, según Boggs, no es fácil fabricar armas de fuego baratas y confiables. Por eso muchos delincuentes van a seguir prefiriendo armas estadounidenses, "ya sean hechas allá o importadas de Europa, por un buen tiempo". Boggs dijo que mientras esas armas sigan siendo baratas y fáciles de obtener para los criminales, ese tipo de laboratorios en Guadalajara van a ser poco comunes.

"Tengo la impresión que la redada en Jalisco fue un hecho aislado", dijo.

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Como cualquier redada de la policía, la que expuso el laboratorio ilegal en la calle Isla Trapani 2691 se llevó a cabo de noche. Pocas personas fueron testigo. El encargado de una tienda cercana a la fábrica dijo que cuando las autoridades llegaron al lugar esa noche, entraron a su tienda y le bajaron la cortina.

"Salí a las 10:30 PM", dijo el vendedor, quien pidió mantenerse en el anonimato por temor a que el cártel busque venganza. "Pero no dejaron que me fuera".

Dijo que los policías no lo dejaron irse a casa hasta después de la 1 AM. Fue en ese momento que se dio cuenta que ese lugar tenía algo extraño, aunque dijo que nunca antes le había sentido algo fuera de lo normal. Creía que el lugar era un taller común y corriente que operaba en la noche. De hecho, los tres empleados a veces iban a su tienda a comprar cosas y se veían muy "normales".

A los tres trabajadores les gustaba divertirse. Jorge, un hombre que estaba reparando un auto en el garaje ubicado junto a la bodega donde se encontraba la fábrica, dijo que a veces hacían fiestas en el taller. "Nunca vio que hicieran nada más aparte de eso" dijo.

Ya van ocho meses desde que la policía hizo la redada a la fábrica de armas. En la fachada de la bodega hay un anuncio que dice: "Casa vigilada por SEIDO-PGR [la dependencia que se especializa en investigación criminal]. Cualquier violación a este sello representa una ofensa federal". El dueño de esta propiedad, a quien no pudimos contactar, cambió el número telefónico del lugar poco después de la redada de octubre.

Las tiendas junto al laboratorio tuvieron que cerrar. Las ventas locales están muy bajas y no se han abierto nuevos negocios en la zona. El 11 de junio, un día antes de que un corresponsal de Motherboard visitara el vecindario, un hombre recibió varios impactos de bala a siete cuadras de la bodega. Según el informe de la policía el hombre fue víctima de un asalto. Sin embargo, un miembro de las bandas delictuales que viven en esa zona y quien pidió mantenerse en el anonimato, cuestionó la versión de la policía. "Las cosas están muy peligrosas últimamente", señaló. "¿Crees que sea necesario dispararle dos veces en la cabeza a un hombre sólo para robarle algo?"

Aunque el laboratorio ya no exista, los fusiles AR-15 que se crearon ahí siguen circulando. Nájera dijo que esta clase de armas DIY siguen apareciendo en escenas del crimen por toda la región. "Esto nos hace pensar que este laboratorio fabricó muchas armas antes de la redada y que todas eran para grupos de crimen organizado", explicó Nájera.

Según Nájera, las autoridades de Jalisco confiscaron otras "14 o 15" armas DIY además de las 18 que encontraron en la redada. Todas tienen características similares a las armas producidas en la bodega de Guadalajara. Nájera no descarta la posibilidad de que haya más laboratorios de armas ilegales como este, donde sólo se necesita un poco de ingenio técnico y productos de contrabando para crear armas mortales. También cree que los esfuerzos en conjunto que hacen las autoridades mexicanas y estadounidenses para controlar las armas no bastan para interrumpir la serie de eventos que hace posible la producción de armas ilegales en el país.

"Necesitamos poder rastrear de forma más efectiva no sólo las armas sino que también las piezas que sirven para fabricar armas, cuando estas se venden a una persona en específico", explicó Nájera. "Si alguien compra cien cañones, cien piezas de plástico, cien culatas y cien cajas0 enviarlas por correo" en Estados Unidos y las mete de contrabando a México, donde arman las partes y se fabrican los receptores, "entonces es evidente que es necesario que haya más formas para que las autoridades rastreen las armas, donde sea que se encuentren".

Además, Boggs no descarta la posibilidad de que existan más fabricas ilegales de armas. México ya está repleto de armas ilegales baratas provenientes de Estados Unidos, "lo que no significa que no haya más casos como este", dijo, "donde hay individuos que decidieron utilizar un enfoque más rentable".

¿Los empleados que llegaron en su Volkswagen a la bodega en Guadalajara habrán recibido dinero de los hombres para los que trabajaban? Incluso si no lo hicieron, y si su fábrica no era más que un experimento, Boggs cree que la marea transfronteriza del tráfico de armas va a seguir estando a favor de los cárteles.

"Cuando se tiene un volumen tan grande de armas que se puede adquirir y enviar de forma fácil y barata de Estados Unidos a México", dijo, "no hay muchas razones para modificar este sistema de trafico ilegal de armas que, desde el punto de vista de los cárteles, funciona a la perfección".

Nadie sabe exactamente cuántas armas lograron fabricar y exportar estos hombres, antes que los descubrieran. Después de la redada en el laboratorio, Nájera dijo a los reporteros que se cree que los sospechosos, que están bajo custodia, fabricaron cerca de cien armas de fuego en el laboratorio clandestino en el transcurso de varios meses. Sin embargo, Nájera me dijo después que le informaron que el laboratorio tenía la capacidad técnica para producir 200 fusiles AR-15 no rastreables al mes.

En un país donde se estima que circulan más de 24 millones de armas ilegales hoy en día, la mano de obra de un par de fabricantes de armas coludidos con el narcotráfico aporta poco a la carrera armamentista tecnológica y continua entre los cárteles y las autoridades tanto mexicanas como estadounidenses.

La tecnología que utilizaron estos hombres para fabricar sus armas imposibles de rastrear no tiene nada de revolucionaria, porque las personas han estado creando sus propias armas de fuego desde hace mucho tiempo. Sin embargo, el hecho de que un cártel haya incursionado en las armas DIY es suficiente para Nájera se preocupe.

"Demuestra cómo estos grupos tienen cada vez más recursos e ingenio para evadir la justicia en ambos lados de la frontera", señaló.

Nájera explicó que los cárteles quieren sacar el mayor provecho posible de sus recursos. Para ellos el éxito se trata de garantizar su poder y su influencia por medio de astucia técnica e industria, la que no se puede comparar con los otros grupos de crimen organizado en el mundo. Por eso los cárteles mexicanos estáninstalando redes de videovigilancia en las ciudades, o están forzando a ingenieros secuestrados a crear redes secretas de comunicación, o también están enviando mineral de hierro a China a cambio de químicos precursores de metanfetamina a granel. La cuestión no es si los cárteles, además del de Jalisco, son o no capaces de obtener tornos computarizadas para fabricar sus propias armas, sino hasta dónde están dispuestos a llegar.

"Lo comparo con los laboratorios de metanfetamina" dijo Nájera, "porque si pueden conseguir los químicos ¿Entonces cuántas de estas máquinas pueden comprar?

Este artículo fue posible gracias a la colaboración de Victor Hugo Ornelas y Camilo Salas.

*Clarificación: Todas las partes que puedan ser utilizadas por hacer una marca, no solo los cajones de mecanismos finalizados, son considerados un arma de fuego segun la Ley Federal de Armas de Fuego. H/t Rafael Castillo

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