La ciencia detrás de la marihuana púrpura y de otros colores

Antes de las pruebas científicas en cannabinoides y del perfil genético de la planta de marihuana, los consumidores la juzgaban basados en su olor, sabor y color. De hecho un 93 por ciento de los compradores adquirieron marihuana basados en el color y en cómo se ven sus brotes.

El color de la cannabis no es constante y cambia con la madurez de la planta. De acuerdo al nivel de PH y acidez de la planta, sus antocianinas (pigmentos solubles en agua) pueden ser azules, rojos o púrpura. Las antocianinas también están en otras plantas como los arándanos y las berenjenas.

El color de una planta de cannabis también está influenciado por la temperatura: en ambientes más fríos la planta produce menos clorofila, los pigmentos verdes que son críticos para la fotosíntesis y que permiten que la planta absorba energía de la luz. Los colores de la cannabis se pueden manipular al manejar los niveles de acidez y temperatura en que la planta es engendrada. Al alterar estos niveles la plata puede ser de distintos colores y calidad.

Una de las alternativas más populares es el púrpura. Los pigmentos púrpura aparecen fácilmente en la planta de cannabis a medida que esta pierde clorofila y va madurando. Sin embargo, antes que los brotes sean muy viejos, la pigmentación púrpura puede ser lograda en ambientes con pH neutro.

El color rojo es más difícil, pero se puede lograr al manipular los nutrientes y privando a la planta de fósforo. Las cepas más oscuras, incluso negras, son causadas por un exceso de pigmentación en las hojas de cannabis. Estas cepas también son conocidas por generar visiones más intensas y subidas psicodélicas. Usualmente crecen en temperaturas más frías ya que en ambientes cálidos las plantas negras, rojas y púrpuras pueden ser de colores menos intensos.

Las cepas amarillas crecen en condiciones más alcalinas. A medida que la clorofila se desvanece, la planta está predispuesta genéticamente a una pigmentación amarilla. Las tonalidades color oro también puede aparecer. Si la planta posee un bajo número de antocianinas puede producir tonalidades amarillas y color oro gracias a los carotenoides, esas moléculas de pigmentación presentes en las zanahorias, las hojas en otoño y los tomates.

De acuerdo a un estudio, la cannabis produce antocianina por protección, la que es parte de la familia flavonoide (la pigmentación de la planta). "La acumulación de flavonoides es parte de muchos aspectos del crecimiento de la planta, incluyendo la resistencia a patógenos, la producción de pigmentos y la protección natural contra la radiación ultravioleta, lo que contribuye a la aparición del polen y el desarrollo de la cubierta de las semillas" escribieron los investigadores.

Las variadas formas en que la planta de cannabis son criadas, con diferentes niveles de PH, distintas temperaturas y pigmentaciones, también pueden influenciar sus efectos. Sin embargo cuando se cosecha el cultivo, lo importante es qué nutrientes, cuánta agua y luz recibió, lo que contribuye en una serie de cualidades y efectos únicos en cada planta, no importa qué color sea.