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Vuelven a bloquear el refugio para ballenas en el Atlántico sur

La idea de una zona de seguridad para los cetáceos fue desechada nuevamente.
Imagen: Shutterstock

Las ballenas, los delfines y las focas del Atlántico Sur quedarán desprovistos del enorme refugio que se esperaba entregarles, después que los principales países implicados en la caza de ballenas, como Islandia, Japón y Noruega, hayan votado en contra de la propuesta en un encuentro internacional llevado a cabo el pasado martes.

Pese a que la propuesta fue aprobada en la pasada cumbre de la Comisión Internacional de la Caza de Ballenas (IWC por sus siglas en inglés) celebrada en Eslovenia, esta vez no recibió el número necesario de votos. Sucede que la medida logró el apoyo de 38 de los 64 países implicados, pero era necesario hacerse con el 75 por ciento de los votos para poder llevarse a cabo. La oposición, dirigida por Islandia, Japón y Noruega, sumó un total de 24 países. Todos los intentos que se han emprendido desde 1998 para crear un refugio para los cetáceos, se han visto tumbados por las sucesivas votaciones de la Comisión Internacional. El último intento, llevado a cabo el 2014, alcanzó un 69 por ciento de los votos.

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La propuesta fue impulsada por Argentina, Brasil, Sudáfrica, Gabón y Uruguay, y su objetivo era crear un refugio para las especies cetáceas "que promueva la biodiversidad, la conservación del medio ambiente y la utilización no letal de recursos para la protección de las ballenas en el Atlántico Sur".

Según la Alianza Mundial de Cetáceos, a lo largo del siglo XX fueron asesinadas 2,9 millones de ballenas en todo el mundo. Se trata, en términos de biomasa, de la cacería más implacable de todos los tiempos, una masacre que ha diezmado de manera preocupante la cantidad de ballenas en los océanos planetarios. Se estima que alrededor del 71 por ciento de las ballenas asesinadas fueron asesinadas en el hemisferio sur.

Imagen: Plan de manejo del santuario de ballenas en el atlántico sur.

El refugio pretendía estar en aguas antárticas y ser parte del Refugio de Ballenas del Océano Sur. La idea era que la unión de ambos refugios protegiera a las especies de ballenas que surcan aguas jurisdiccionales brasileñas, uruguayas y argentinas, además de proteger a las que se desplazan por las costas del sudoeste de África.

John Friznell, un portavoz de Greenpeace que asistió a la cumbre, explicó que el sentimiento entre él y los suyos era de frustración.

"Lo más desesperante es que todos estos proyectos están siendo tumbados en última instancia por países que forman parte de la Comisión Internacional de Ballenas, pero que están a miles de kilómetros de distancia de la zona que se prevé construir; No estan ni siquiera en el hemisferio sur. En cambio, todos los miembros de países cercanos a la zona han expresado su apoyo incondicional a la iniciativa" dijo, "Pese a los problemas a los que se enfrentan actualmente las poblaciones de ballenas, que llevan años siendo devastadas por la cacería comercial, está más que claro que precisan de una zona protegida donde sus poblaciones puedan sobrevivir y crecer"

Pese a la existencia de una prohibición a la caza comercial de ballenas, que data de 1985, Japón, Noruega e Islandia siguen cazando impunemente, en objeción directa a lo acordado por la Comisión Internacional. Y pese a que la caza comercial de ballenas en aguas brasileñas esté prohibida, la WCA asegura que las ballenas siguen siendo víctimas de otras actividades humanas, como la captura accesoria, la polución acústica, las embestidas de barcos, los residuos marinos y el cambio climático.

Los países que están a favor de la medida, especialmente el consorcio formado por Argentina, Brasil, Sudáfrica, Gabón y Uruguay (países que se benefician de negocios que promueven el avistamiento de ballenas), ellos volverán a intentarlo el año que viene.