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Tecnología

Es muy fácil perderle el rastro a 100 cerebros

El misterio de los cerebros perdidos se propagó 10 años después que fueran destruidos.

Es muy fácil olvidar dónde quedaron las llaves del auto, la billetera o esos ciento-y-tantos especímenes de cerebros humanos que dejaste por ahí.

Esto es lo que pasó en la Universidad de Texas, un misterioso hecho que aparentemente fue resuelto y sigue siendo extraño.

El día martes  ​el diario The Atlantic publicó una noticia sobre el extraño caso de los cerebros perdidos: cerca de 100 cerebros dentro de frascos aparentemente desaparecieron desde la universidad, sin que se supiera dónde estaban. Los cerebros pertenecían a pacientes de psiquiatría del Hospital del Estado de Austin y fueron donados al Centro de Recursos Animales de la Universidad de Texas debido a la falta de espacio. Eran alrededor de 200. Luego ya no estaban.

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La mitad se desvaneció en los años 90, ​ pero Ars Technica explicó que gracias a un libro que documentaba los cerebros restantes fue que se supo del tema nuevamente.

Cómo se desvanecieron los cerebros no está claro; Tim Schallert, un neurocientífico en la universidad, le dijo al Atlantic que fue a buscar la mitad de la colección luego que se lo pidiera el director del centro, pero los cerebros no estaban. ¿Era una broma? ¿Los estudiantes se los robaron  ​para decorar sus cuartos? ¿Fueron vendido en eBay, ​como los cerebros robados desde un museo en Indiana?

Para agregar más misterio al enigma, se especuló que uno de los especímenes pertenecía a  ​Charles Whitman, quien se hizo conocido como el "francotirador de la torre de Texas" luego de matar a 16 personas. No está confirmado que alguno de los cerebros perteneciera a Whitman.

El miércoles en la mañana, la Universidad de Texas  ​sacó un comunicado de prensa donde aseguraban que "estamos comprometidos a tratar los especímenes de cerebros con respeto y nos entristece saber que algunos están perdidos".

Pero antes que Motherboard tuviera la posibilidad de descubrir una red secreta de contrabando de especímenes humanos organizada por los estudiantes y luego de  ​creer que otra universidad tenía los cerebros en su poder -​lo que fue negado-, la Universidad ​sacó otro comunicado de prensa ofreciendo una solución al misterio: los cerebros fueron destruidos hace una década.

"Una investigación preliminar hecha por la universidad reveló que el departamento de salud ambiental y oficiales de seguridad de la universidad se deshicieron de muchos cerebros humanos el año 2002 y siguiendo protocolos referentes a residuos biológicos" escribió la universidad.

De acuerdo a la investigación, funcionarios de la universidad decidieron que los cerebros no estaban en buena condición para propósitos académicos, entonces desecharon entre 40 y 60 frascos ("algunos de los cuales contenían múltiples cerebros") con la ayuda de un contratista dedicado a los desechos biológicos.

Aun existen algunos puzzles: no se sabe con seguridad si el cerebro de Whitman estaba en este lote o no.

Y cómo los cerebros fueron dados por "perdidos" 12 años después de ser destruidos plantea una serie de preguntas sobre los especímenes y su manipulación.