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Todavía queremos que Laika regrese a casa

Hace 57 años un perro callejero se transformó en el primer explorador orbital del mundo. También sufrió para nuestro beneficio.

En un día como hoy de 1957, una perra callejera llamada Laika fue el primer animal en orbitar la Tierra a bordo del Sputnik 2, una misión que demostró la enorme ventaja del programa espacial soviético frente a los norteamericanos en los primeros años de la carrera espacial. Este viaje histórico significó un hito para la exploración espacial y ella se convirtió en un símbolo internacional del triunfo contra lo imposible.

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Pero existe un lado oscuro en la oportunista imagen heroica del más famoso canino cosmonauta. Pocas horas después de ir donde ningún perro ha llegado antes, Laika hizo historia por segunda al vez al transformarse en el primer animal que muere en órbita.

Por décadas los oficiales soviéticos mintieron sobre el tiempo, la causa y la forma de su muerte, pretendiendo que murió sin dolor varios después del lanzamiento. Algunos incluso aseguraban que sobrevivió por toda una semana. Pero el año 2002, el científico Dimitri Malashenkov del Sputnik 2 puso fin a 50 años de rumores al admitir que Laika murió en el cuarto circuito alrededor de la Tierra, entre cinco y siete horas después del lanzamiento.

Su muerte estuvo lejos de ser indolora, desafortunadamente.

Los soviéticos tuvieron un mejor comienzo que los norteamericanos, pero eso no significa que su nave espacial estuviera lista para el vuelo. Sputnik 2 fue lanzada apenas un mes después que el Sputnik 1 y nunca se esperó que Laika sobreviviera el viaje. El plan era practicarle eutanasia con comida envenenada luego de un par de días de pruebas, pero un funcionamiento defectuoso en el control de temperatura provocó su muere por stress y sobrecalentamiento.

Durante todo el proceso Laika estaba completamente aterrorizada. Durante el lanzamiento su corazón latía tres veces más rápido de lo normal. Sin ninguna ayuda, tomó mucho más tiempo del normal que Laika se tranquilizara. Poco después que bajó su nivel de estrés, Laika estuvo expuesta a un espiral de calor y humedad con más de 37 grados celsius, lo que terminó matándola.

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Es enloquecedor el imaginar a esta pobre perra, cachorro de un perro callejero de las calles de Moscú, muriendo sola y abandonada en el espacio exterior. Te rompe el corazón que ella haya creído en sus cuidadores, inconsciente de los planes que tenían para ella. Un científico de la misión, llamado Vladimir Yazdovsky, la llevó a su casa antes del lanzamiento para que jugara con sus hijos: "Quería hacer algo bueno para ella" dijo Yazdovsky. "Le quedaba muy poco tiempo de vida".

Para las personas que apoyan los derechos animales y también la exploración del espacio, Laika representa una crisis de la conciencia. Por mucho que se haya transformado en el ejemplo de las victorias de los primeros viajes al espacio, ella también es el símbolo perverso del debate ético sobre experimentar en animales para los avances científicos.

Es verdad que tiene un envidiable lugar en la historia espacial, pero cuando los soviéticos y norteamericanos decidieron no poner sus vidas en riesgo, Laika no tuvo la habilidad de hacer lo mismo. Murió sin saber donde diablos estaba, el por qué su cuerpo no tenía peso o si volvería a casa nuevamente.

La historia de Laika fue conocida rápidamente y su muerte comenzó un debate global sobre los derechos de los animales. Muchos argumentaron que el miedo y el dolor que sintió nunca podrá ser redimido por su contribución esencial a los vuelos espaciales. Incluso Oleg Gazenko, quien trabajó cerca de Laika durante el entrenamiento, admitió sentirse arrepentido de haberla enviado a su muerte. "Mientras más tiempo pasa, más mal me siento por esto" dijo en una conferencia en Moscú el año 1990. "No aprendimos lo suficiente en esta misión como para justificar la muerte del perro".

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Este sentimiento agridulce que rodea la vida y muerte de Laika ha sido replicado por su evolución como una figura de la cultura pop. Hay muchas obras de arte que se han inspirado en ella, como la imagen que abre este artículo hecha por Jenny Schukin o el retrato de Lars Brown, obras que capturan el heroísmo y la melancolía de su viaje. El estudio de animación que hizo Coraline, Paranorman y The Boxtrolls se llama igual que ella, al igual que el videojuego de Playstation sobre viajes al espacio, Planet Laika.

Además muchas canciones le entregan tributo en su rol como pionera y mártir, y muchas veces expresan la esperanza que algún día volverá mágicamente. El verso final de "Laika", canción de la banda de rock Kill Hannah de Chicago, dice "Se cuan sola te sientes, tan lejos / Mientras ellos pretenden recordarte / Laika, yo te haré sentir orgullosa / ¿Laika volverá a casa? Laika, por favor, vuelve a casa".

Ese sentimiento en "por favor vuelve a casa" ha sido repetido muchas veces por distintos artistas y escritores en muchas plataformas. Cuando los fans se desanimaron con su muerte al final de la novela gráfica Laika de Nick Abadzis, el autor escribió un final alternativo donde Laika se transformaba en un ser superpoderoso llamado Cosmodog que tiene la misión de vengarse de los científicos que la enviaron a morir en el espacio.

Laika en el último lugar donde estuvo. Imagen: National Space Science Data Center

El hecho que Laika todavía inspire este deseo a 57 años de su muerte nos habla de su contínua relevancia. Los perros son los campeones de la lealtad y el amor y siempre será doloroso aceptar que la confianza ciega de Laika en sus dueños fue traicionada.

Al mismo tiempo, llegar a la Luna es el logro más espectacular en la historia de la humanidad y nunca podría haberse logrado sin sacrificar la vida de docenas de animales y astronautas humanos. El hecho que un humilde perro callejero continúe siendo el emblema de esta lucha es, al mismo tiempo, triste y reconfortante.

Laika nunca volverá a casa, pero sus sueños, las ideas y controversias que inspiró están aquí para quedarse.